En un instante perfecto, casi mágico, se unen las vidas de Louis, un guitarrista y vocalista irlandés, interpretado por Jonathan Rhys-Meyers, y una joven sobreprotegida chelista, Lyla, interpretada por Keri Russell, quienes con su arte en común se envuelven en una química absoluta una noche en que coincidieron en lo alto del techo de un departamento en fiesta, separados luego, por el arribismo del padre de Lyla. Evan taylor o August Rush, huérfano de 11 años interpretado por Freddie Highmore, hace uso de su talento musical para intentar hallar a sus padres, seguro de que están vivos y que hay una conexión directa entre ellos y él, gracias a los desibeles armónicos; dotado de un oído absoluto, dícese de la facultad de identificar con exactitud la cantidad de revoluciones en determinado tiempo (nota musical), en cualquier sonido, virtud musical que muy pocos músicos tienen, se lanza a la aventura por las peligrosas calles de New York, hallando un camino mediante la música, que va aprendiendo a ejecutarla poco a poco, para sobrevivir y recorrer los diferentes aspectos y formas de los sonidos.
Encantador cuento dirigido por Kirsten Sheridan que cuenta además con las actuaciones del siempre sorprendente Robin Williams como Wizard, el ascendente Terrence Howard, William Sadler y Jamia Simone Nash en el papel de Hope, carismática actriz y sobretodo, cantante que, pese a sus 11 años (en el 2007), posee una poderosa y muy educada voz, ya habiendo aparecido desde antes a lado de conocidos de la música, como Michael Jackson y Alicia Keys, haciendo una espectacular interpretación vocal para esta película, en el tema, Raise it up, nominada al Oscar como mejor canción original.
Bien realizada, entretenida, muy mágica pero con algunas contrariedades comprensibles como la escasez de habilidad para con la guitarra por parte del actor Rhys-Meyers, totalmente entendible, aunque con cierta suerte de tomas no habría sido tan percibido; y la prisa por un cierre, un buen ritmo opacado por un final apresurado y totalmente previsible que ensucia la 1ra muy grata hora. Sin embargo, la historia, a pesar del final, justifica una buena inversión al ir a verla al cine.
Sólo un pequeño detalle, no entiendo cómo es que recién se estrena en el Perú cuando es del año pasado y yo ya la he visto hace más de medio año: demasiado material para la cartelera?!, qué desgracia! ...jeje.
Encantador cuento dirigido por Kirsten Sheridan que cuenta además con las actuaciones del siempre sorprendente Robin Williams como Wizard, el ascendente Terrence Howard, William Sadler y Jamia Simone Nash en el papel de Hope, carismática actriz y sobretodo, cantante que, pese a sus 11 años (en el 2007), posee una poderosa y muy educada voz, ya habiendo aparecido desde antes a lado de conocidos de la música, como Michael Jackson y Alicia Keys, haciendo una espectacular interpretación vocal para esta película, en el tema, Raise it up, nominada al Oscar como mejor canción original.
Bien realizada, entretenida, muy mágica pero con algunas contrariedades comprensibles como la escasez de habilidad para con la guitarra por parte del actor Rhys-Meyers, totalmente entendible, aunque con cierta suerte de tomas no habría sido tan percibido; y la prisa por un cierre, un buen ritmo opacado por un final apresurado y totalmente previsible que ensucia la 1ra muy grata hora. Sin embargo, la historia, a pesar del final, justifica una buena inversión al ir a verla al cine.
Sólo un pequeño detalle, no entiendo cómo es que recién se estrena en el Perú cuando es del año pasado y yo ya la he visto hace más de medio año: demasiado material para la cartelera?!, qué desgracia! ...jeje.