García ha pedido se respete su presencia en el Congreso para apersonarse el 28 de julio. Pese a que abandona el poder con muchos casos controvertidos y que deberían investigarse es evidente que su gestión está por encima de su anterior visita a la casa de Pizarro en los 80 y esto a bien se refleja en el nivel de popularidad con el que se despide, por lo que dudo la estruendosa
pifea y desaire cuando joven, justa por cierto, vuelva a oirla para el 2011. Sin embargo, más allá de su pésimo manejo en los conflictos sociales y las especulaciones de corrupción en su gobierno, continuando con la escuela del anterior jefe edil, don Castañeda, varias de las obras gubernamentales más emblemáticas -¡Qué serán de aquellas que no lo son!- no han tenido un destino serio, salteándose uno de los procesos de mayor importancia para poder inaugurarlas: que las termine.