Hoy domingo, que nuestro deber cívico nos embarga; hoy que, pese a nuestros distintos planes de ocio, debemos, como corresponde, asumir el compromiso inexorable para con nuestra ciudad; hoy que el futuro de nuestra capital depende de nuestro ancestral derecho a elegir, me sumo a esos millones de limeños que tienen a la madre de Marco Tulio en la mente, a ellos a quienes por cada minuto de cola o de permanencia en esa mesa ...eterna, esbozan una mención a la que lo trajo al mundo.
Marco Tulio, hoy tú, tu madre, y la madre de Castañeda se han adueñado de nuestros deseos y menciones por malgastar un domingo de sol y de descanso para elegir personas que estarán menos de un año en la Comuna edil sin tener tiempo suficiente para hacer algo significativo y por el contrario, quitarle tiempo a los que sí pudieron hacer algo, esputándolos por tu convenciencia y la de tu arrendador. No tienes idea de las ganas de mentarte a todos tus ancestros, hasta el paleolítico, hasta tu ascendencia unicelular.
Un sensible agradecimiento para ti, para tu arrendador, a los que se subieron al coche con su estrella Ugarte y a todos los que apoyaron con supina astucia esta tu estupidez... ¿Alguien tiene un ceviche con bacteria?