acción en el cine

Mayo también ha sido para lima, no sólo un mes de atoros y boicots viales, abrazos y besos para mamá, eventos políticos y culturales, si no, por sobretodo, un drástico cambio climático que dejó a las estaciones intermedias en el olvido; no hay quien no haya esparcido su interior en algún incontrolable estornudo ni quien no intente cubrirse más de la cuenta. Antes de haber caído víctima de esta lima invernal, me había convertido en un asiduo concurrente de los cines, como cuando no tenía que contar por cada minuto libre; es pues, que tengo cierta amarga adicción al cine y como cualquiera, me he divertido, emocionado, entretenido y aburrido dentro; el último filme que el clima no llegó a arrebatarme fue Iron Man, el hombre de hierro, uno de esos pintorescos personajes de la Marvel con quien uno jugó a ser cuando niño; este hombre, de armadura roja y amarilla, ha tenido una de las mejores puestas en escena que personajes de similares características haya tenido, para sorpresa de muchos, incluyendo la mía, a pesar del prometedor trailer; dinámica y divertida, de sorprendente equilibrio dado el género; creo yo, que la principal razón de haber hallado el modo de dar con un buen producto es el desarrollo y el buen casting del personaje central, con un Downey jr. fresco, jovial y desenfadado, como Stark, con un perfil psicológico bien llevado y congruente, en un desarrollo verosímil de las profundas complicaciones derivadas de su tortura interna acerca de su papel en la sociedad; Downey Jr. dota al personaje una personalidad precisa, veraz, impidiendo al público imagine a otro actor en el personaje. Es costumbre también, en este tipo de películas, el abuso de efectos especiales que en muchas ocasiones se roba el show, sin embargo, el buen criterio de Jon Favreau ha resultado en un bien planificado uso de estos efectos que no nublan ni obstaculizan el desarrollo de la historia y su narrativa; por su parte, el némesis de Stark no llega a ser manejado con el mismo brillo, a pesar de contar con Jeff Bridges, que con un brillante comienzo pierde el poder de intimidación que había conseguido, sobre todo, al subirse en la hojalata.

Una de las pocas adaptaciones de este tipo que vale la pena ver, a la par con el Batman de Tim Burton o al prometedor Jocker de The Dark Knight, el último Batman que aun no se estrena; Iron Man, de buen ritmo, entretenida y divertida, como para ser niños de nuevo.







Otra película que me quedó en la retina, hablando de acción claro!, fue Cloverfield, haciéndonos recordar el marketing y estructura fílmica de la bruja Blair; recuerdo que cuando se estrenó esta última en lima, aun se circulaba la idea de que eran tomas reales de chicos desaparecidos y era testigo de como la mitad del cine del óvalo Gutierrez y de la marina (la 2da vez), con complicidad femenina por supuesto, salía realmente atemorizadas del recinto frente a una película sin un sólo efecto visual, sólo y únicamente por marketing, ...impresionante!; es que estamos en una época en que lo externo también juega un rol importante en cada filme. Cloverfield es una película sumamente entretenida, espectacular e hipnotizadora, con un argumento incipiente, soso, vacío e intrascendente: una genialidad!; es pues que sin historia ni argumento, Matt Reeves logra mantener el ansia del espectador prendida del filme con planos que dicen y no dicen nada, alimentándonos la avidez por saber qué sucede, con una ambientación veraz y espectacular, dando la sensación de ser de esas millonarias producciones de hollywood, cuando en realidad no lo es; a lo bruja Blair!. La película funciona más que todo por poner a trabajar la imaginación del espectador brindándole sólo trozos del contexto y no su totalidad; a pesar de ausencia de argumento, de personajes trascendentes y de actores deslumbrantes el filme cumple con su cometido, ...impresionante.