hip hop honors

Navegando por el Cable, en esas noches de insomnio, me tropecé con Vh1, canal musical en el que ya varías veces había caído, sobretodo en su programa noctámbulo de clásicos, con algunos buenos rocks del recuerdo; pero esta vez, fue diferente: una sarta de negros rebuznando, jadeando y soltando una serie de trabalenguas en una suerte de premio honor, el Hip Hop Honor, ...honor a qué??!!!, me preguntaba al ver con la quijada en el piso cómo alguien puede ser premiado por balbucear y desmoronar su idioma, como cuando oigo por ahí clamar por un orgullo gay, el cual más que solucionar un prejuicio provoca, con sus desfiles desproporcionados y de poco gusto, el asqueo a..., y la desfachatez de quienes por una mal llevada formación piensan ser algo que no son, ...alguna coincidencia?! 


Estos gritones, ni siquiera por su alucinada condición, resultado de opio a un marketing agresivo, de supuestos "músicos", los han alejado de las calles, puesto que varios aun mueren en enfrentamientos a manos armadas, entre esos bulleros y quienes, ante la ausencia cerebral, los oyen; de qué orgullo hablan?!, imagino cómo se retorcerán en sus tumbas grandes músicos como Charlie Bird Parker o Louis Amstrong, al oír a personas que comparten su etnia haciendo lo que hacen, en posturas, cuyo ritual busca una imagen viril, consiguiendo sólo las de matón o delincuente alienado; como la del blanquito que por algún problema, de seguro, de ladillas o garrapatas, en cada movimiento de cada una de sus presentaciones sostenía sus genitales, con una ligera rascadita, como asegurándose aun estuvieran ahí (Eminem).

Pero lo que me sorprendió más no fue la premiación, ya que si hay los premios Frambuesa por qué no el Hip Hop (con una demente y cruel añaduría al título como Honor); sino que en una de las presentaciones, tras los antiestéticos onomatopeyistas, habían músicos!!, gente que sabe qué hacer con algún instrumento musical en sus manos, de esos que sin usar las clásicas caja de ritmos y sonidos prefijados para este sub género, hacen gala de su virtud musical, a los que con compasión y pena los miraba intentando atinar con qué era lo que les pasaba por la cabeza en ese momento: "tengo que dar de comer a mis hijos!", fue lo único que se me ocurrió.