miénteme

Paul Ekman, psicólogo norteamericano nacido en 1934, pionero en el estudio de las emociones y su expresión facial, al cual le dedicó más de 40 años al estudio de la CNV viajando alrededor del mundo, determina que, igual que la Semiótica, las expresiones corporales no son determinadas culturalmente y que es un aprendizaje básico que, como género, el ser humano experimenta, pero con un origen biológico, como en algún momento lo plantease Charles Darwin, contrario a las creencias de algunos antropólogos culturales.

Ekman desarrolló el Proyecto Diógenes y el Sistema de Codificación Facial de Acciones, Facial Action Coding System -FACS- para clasificar todas las expresiones del rostro humano y del cuerpo desarrollando a su vez sistemas de estudio que precisan las mentiras.

Ya para el 2001, Ekman, a lado del actor inglés John Cleese, trabajaron en una serie documental para la BBC titulada El Rostro Humano, The Human Face, en el que explicaba los resultados de sus estudios. En Enero del 2009 sale al aire una serie de televisión llamada Miénteme, Lie to me, basada en los planteamientos de Paul Ekman y asesorada por el mismo; protagonizada por el genial Tim Roth que interpreta a Cal Lightman, quien dirige a un grupo de trabajo The Lightman Group dedicados a la detección de mentiras en colaboración a distintas investigaciones, a través de la psicología aplicada.

Aiden Gregg, psicólogo de la Universidad de Southampton, ha desarrollado un Test denominado Respuesta Alethiometrada Antagónica de Tiempo, Timed Antagonistic Response Alethiometer, TARA, con el que ha determinado que el ser humano tarda más tiempo en decir una mentira que en contar la verdad; exactamente un 30% más, ya que para decir una mentira no sólo hay que aplicar la memoria sino también la imaginación, por lo que que mentir requiere una actividad cognitiva más compleja que cuando se es honesto.

Gregg pretende reemplazar los actuales métodos para detectar mentiras que usan los criminalistas ya que los mentirosos habituales ya saben que las personas miran hacia otro lado o se tocan la nariz cuando mienten, por lo que han aprendido a controlar sus movimientos y mirar directamente a los ojos y los polígrafos, que miden cambios en la presión sanguínea o la temperatura corporal, pueden incriminar a inocentes.

“Aquel que tenga ojos para ver y oídos para escuchar podrá convencerse de que ningún mortal puede guardar un secreto. Si sus labios mantienen silencio, parloteará con las puntas de sus dedos, la traición brota de todos sus poros”.

Sigmund Freud