Aborto, derecho a decidir

Nuevamente el alcance de la libertad es un tema de debate. ¿Hasta que punto una persona tiene derecho sobre su mismo cuerpo? Se dice que el derecho de una persona termina cuando comienza el de otra, ergo ¿Desde qué preciso instante una persona puede ser reconocida como tal? ¿Cuando el espermatozoide ingresa al óvulo? ¿En la concepción? ¿Cuando los gametos tienen contacto? ¿Cuando es un Cigoto? ¿Cuando el feto ya adquiere forma? ¿Cuando empieza a dar pataditas? ¿Al tercer trimestre, cuando el feto adquiere cierta seguridad de sobrevivencia? ¿Cuándo termina el derecho de la mujer, de decidir sobre su propio cuerpo, y comienza el del -Niño-, o mejor dicho, el del feto que se desarrolla dentro, rumbo a convertirse en un niño?

"Siempre habrán Herodes en el mundo, y que contesten lo que quieran, pero siempre habrá gente que está buscando al niño para matarlo"

aspecto del embrión humano a los 2 meses

Cardenal Juan Luis Cipriani
Homilia
Atrio de la Catedral de Lima
Plaza de armas, 19 Oct 2009

"Ninguno de tus descendientes que tenga defecto físico deberá acercarse jamás a su Dios para presentarle la ofrenda del pan. En efecto, no deberá acercarse nadie que tenga algún defecto físico: ninguno que sea ciego, cojo, mutilado, deforme, lisiado de pies o manos, jorobado o enano; o que tenga sarna o tiña, o cataratas en los ojos, o que haya sido castrado."

Levítico 21: 18

En nuestro país, la constitución reconoce a la persona humana como sujeto de derechos según el artículo 2 del capítulo 1, desde el momento de la concepción o fecundación, "El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece", es decir, desde el momento en que los dos gametos, los del padre y la madre, se fusionan durante la reproducción sexual para crear un genoma que se implantará en el útero de la mujer y terminará por formar un nuevo peruano. Por otro lado la misma constitución, en el mismo artículo 2, establece que es un derecho constitucional de toda persona, el decidir sobre su propio cuerpo, "toda persona tiene derecho a la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar"; incluso el Tribunal Constitucional en su sentencia TC 1575-2007-HC corrobora que "corresponde a la propia persona optar por su plan de vida y desarrollar su personalidad conforme a sus intereses, deseos y convicciones". Dos derechos constitucionales, sagrados ante la ley y la justicia que, sin embargo, se contraponen en la práctica determinando una disyuntiva entre el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo y la vida del feto. Indudablemente no es un tema ligero ni sencillo; no se va a resolver recurriendo a credos, emociones y prejuicios,  ¿En qué momento la mujer pierde el ejercicio de sus libertades individuales que a al hombre sí asiste a plenitud? ¿Cómo determinar qué derecho, ambos constitucionales, ambos sagrados, ambos básicos, vale más? ¿Cómo quitarle la vida a un ser humano a costa de un derecho natural al que toda persona debería poder acceder? ¿Cómo interrumpir la posibilidad de un futuro niño, a vivir?

En los Estados Unidos de América, el caso Wade contra Roe, que llegó hasta la Corte Suprema, provocó que se resuelva que el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo termine hasta cuando el feto llegue a su etapa viable, es decir, cuando su formación determine médicamente su sobrevivencia como ser humano, a los siete meses. Para esto, la corte dividió el embarazo en sus tres trimestres, en el primero la mujer tenía el derecho a decidir absolutamente, en el segundo trimestre otorgaba libertad a los diferentes estados para limitar dichos derechos según sus propios criterios; y en el tercer trimestre se determinaba la ilegalidad de la interrupción del embarazo. El lapso determinado por la corte norteamericana para la permisibidad de la interrupción del embarazo no era gratuito ni caprichoso, sino que respondía a conclusiones científicas. El caso fue representado en la película Swing Vote.

Es de dominio público que existen casos, de excepción, en que se ha dado a luz con un menor lapso que el determinado en el caso Wade contra Roe; seis meses, o hasta cinco y que han podido con gran esfuerzo, del recién nacido y del personal médico, nacer. Sin embargo las normas no se determinan por excepciones. Por otro lado no se puede eliminar un derecho constitucional a favor de otro, y el choque de estos dos derechos hace que pese a que lo más razonable pareciera determinar un punto medio, no pueda haber una decisión legislativa correcta, esto debido a que al favorecer el derecho a uno de los actores limitas al otro. La corte norteamericana encontró una respuesta basándose en sus informes científicos, para algunos los lapsos pueden estar equivocados pero indudablemente, aquí o allá, un ejemplo a seguir es que la base en que nuestra legislatura debería determinar los límites de dos derechos confrontados, debe hallarse en el conocimiento y el desarrollo científico, sin presiones religiosas, prejuiciadas o desinformadas.

Aborto Terapéutico

A inicios de octubre una serie de increpaciones y discusiones se adueñaron de la prensa en el Perú. La aprobación de una propuesta de la Comisión Especial Revisora del Código Penal Peruano del Congreso por legalizar en la práctica el Aborto Terapéutico por intermedio de un Protocolo tantas veces postergado. Esta, fue aprobada en primera instancia y deberá ser discutida en un debate amplio en el Legislativo. Esto ha provocado las más diversas reacciones, teniendo como protagonistas no sólo a los políticos que deberán decidir al respecto y a grupos feministas como Flora Tristán y Demos (Grupos que sirven de apoyo a aquellas mujeres que han quedado embarazadas sin haberlo buscado), sino también del aparentemente siempre oscuro e inoportuno combatiente de Opus Dei, el Cardenal Juan Luis Cipriani, que junto al sector conservador de la Iglesia, justamente quiere impedir que el Proyecto de Ley se discuta en el parlamento.

Para que quede claro, el Aborto Terapéutico, es decir, no el aborto común sino la interrupción del embarazo por motivos de seguridad para la integridad de la madre, es respaldado por la ley en el Perú desde hace casi un siglo, desde 1924, así como con la modificación del artículo 119 del código penal, sin embargo esta norma nunca fue reglamentada: No existe un protocolo para su ejecución, por tanto, es hasta el momento inaplicable.

El proyecto que pretendía reglamentar dicho protocolo permitiría interrumpir el embarazo en casos de violación sexual o malformaciones congénitas. Para 1990, se llevó a cabo el desarrollo de un protocolo para su aplicación, basados en diversos estudios científicos, y con el apoyo de especialistas en Derecho, tratadistas, doctrinarios y profesionales en la Salud, sin embargo, por presión del Clero, el primer gobierno de Alan García dio marcha atrás y desistió de promulgarlo. 

Las habituales campañas de un sector de la sociedad civil y de la iglesia suelen tergiversar los hechos, ornamentándolos con guiños religiosos y emotivos para falazmente condenar esta posibilidad, muchas veces con adjetivos abyectos, pese a que es una necesidad social urgente. Suelen hablar del peligro de las madres que recurren a estas prácticas, pero este peligro se suscita debido a las condiciones clandestinas a la que puede, por la escasez de recursos y en su desesperación, tener a su alcance; ese peligro desaparecería siendo lícita, bajo ciertas condiciones. Se suele hablar de "abortos de niños o bebés" en el contexto del derecho del niño cuando la realidad determina que de lo que se habla es de cigotos, embriones y fetos, parte del proceso natural para convertirse recién, una vez nacidos, en niños. Para que quede claro, ninguna mujer aborta niños ni bebes; mezclar dichos conceptos es tendencioso y falaz.

La interrupción del embarazo bajo estas condiciones sociales y legales, aún es un delito en el Perú; inclusive el personal médico está obligado por ley a denunciar a las mujeres que llegan con hemorragias u otras complicaciones derivadas de intervenciones en condiciones inadecuadas y están obligados a preservar la vida del feto, aun a costa de la vida de la madre. Lo irónico es que una parte de esta misma sociedad, muchos parte de ese vertical sector, han participado, por el bien del buen nombre de la familia, en algún aborto discreto, sin riesgo alguno de que la penalización 'social' los alcance y con las garantías de sanidad que brinden a la familia el olvido oportuno del mal momento. Ventajas clandestinas que no toda la población tiene y que les otorga la moral necesaria para condenar en nombre de Dios, el aborto. Mientras, la realidad de las personas de escasos recursos es otra. Si bien es cierto, pese a que está penado, no ha habido una sola mujer que haya sido sentenciada por este cargo, el status jurídico de este servicio impide el acceso a los sectores menos favorecidos a condiciones salubres, evidenciando, en la práctica, discriminación por posición Social. Lejos de lo que muchos podrían suponer, la penalización del aborto no disuade a la mujer de interrumpir su embarazo. Así mismo no es una decisión fácil para ella, no es que la mujer ligeramente busque le arranquen de sus entrañas a un feto, sino que es el último recurso al que puede recurrir, aún a riesgo de su salud y de su propia vida. 

Más de 370 mil mujeres en el Perú recurren al aborto clandestino anualmente de las que sólo una de cada siete sobrevive y es la tercera causa de muerte materna según el Estudio para la Defensa y los Derechos de la Mujer DEMUS. Según el Estudio de la antropóloga Delicia Ferrando en su Informe “El aborto clandestino en el Perú”, sólo el 12% de mujeres llevan a cabo abortos hospitalizados, digamos las privilegiadas según su condición social, mientras el 44% de las mujeres pobres de zonas urbanas que se practica un aborto acude a personas no calificadas y en condiciones no apropiadas, y del resto, un 98.6% se introduce en la vagina medicamentos, sustancias (lejía, detergente, bencina, agua jabonosa, brea, Coca cola y otros) y objetos (palos de tejer, alambres, pepa de palta, sondas, plantas de ruda y raíces de yuca o mango) para abortar. Evidentemente es un caso de salud pública.

Según la Iglesia de Cipriani, además del trauma psicológico y físico de una violación que desencadenó el embarazo, tras haberle sido arrebatada su inocencia, mujeres jóvenes y pobres ahora tienen la obligación moral y legal de continuar viviendo esta violación sin posibilidad y sin el derecho de olvidar su martirio, puesto que tiene el deber de ser torturada día tras día, mes tras mes, llevando el recuerdo creciente de su tragedia en el vientre, refregándoselo con dolor, hasta que vea la involuntaria flor de su miseria alumbrar.

María, apenas cumplidos los 13 años fue violada por un mototaxista durante cuatro meses quedando embarazada; la tragedia constante la motivó a intentar, sin éxito, quitarse la vida lanzándose desde el techo de su casa, terminando con lesión cervical grave y la médula espinal partida en dos. Necesitaba una operación correctiva pero no se la practicaron para no dañar el embarazo producto de la violación, y la lesión empeoró y ahora, después de un aborto espontáneo, está parapléjica, sin poder controlar sus esfínteres y sin sensibilidad en el 90% de su cuerpo. Este caso fue llevado a instancias internacionales donde la niña le ganó al Estado. Aparte de la reparación civil, atención médica y educación, el estado peruano debía, por sentencia, aprobar el protocolo del cual carece la ley del aborto terapeutico, sin embargo el estado aun no cumple con esta orden. 

Karen Llantoy llevó en su vientre a un feto que carecía de cerebro y cráneo; el "apoyo" médico estatal la obligó a mantener su embarazo, alumbrar y ver a los pocos minutos morir a su hijo, un niño que al no poder desarrollar su cerebro, ya sabían iba a morir; ¿No es esto una tortura? ¿Acaso esto no le generó daño físico y psicológico a la joven madre?. Si hubiera estado vigente una ley como el proyecto en cuestión, ella podría haber elegido enfrentar las consecuencias o evitar todo el dolor que tuvo que padecer, hubiese podido escoger parir un niño cuando lo desee y no un cadáver. ¿No es acaso humano y justo dar la oportunidad y devolver su legítimo derecho a la mujer a decidir si afronta o no tales calvarios?

Reportaje en el programa de Tv Prensa Libre

En principio, el Estado debe ser laico, respetando todas las posturas filosóficas de quienes gobierna, y sus decisiones deben ser alturadas e inteligentes basados en informes serios y comprobados, para una sociedad sana y desarrollada. La intromisión del Clero y/o su representante en el Perú, en el poder, no debe ser más que como la opinión de un ciudadano peruano más. No obedecer este principio es caer en el desorden y la ignorancia motivadas en prejuicios y emociones. Estamos frente a un problema severo de Salud Pública.

 

actualización

Noviembre 2009

Con seis votos en contra, cinco a favor y una abstención el grupo de trabajo rechazó el pedido de reconsideración planteado por el Ministerio de Justicia para que la propuesta sea desestimada; así mismo desaprobó también el pedido de la Defensoría del Pueblo para que se realice un amplio debate nacional sobre el tema.

“Era previsible que quienes no tienen el resultado que deseaban, reaccionen de mala manera; pero me parece que este cargamontón tiene un fondo más de tipo ideológico, político y mediático. Hay que respetar las instancias que ayudan a que el Estado de derecho camine.”

Cardenal Juan Luis Cipriani
programa de radio Diálogos de Fe

Cualquiera pensaría que el Cardenal se refiriese, en tono de disculpa, a las protestas que protagonizara él mismo en contra de la resolución que adoptara la Comisión Especial Revisora del Código Penal peruano del Congreso por legalizar algunos casos de aborto, pero no, ahora el Hombre de Dios ha levantado su voz de protesta pero no al estado sino en contra de quienes critican a las autoridades exigiendo el respeto que días antes no pareció tener, ya que el Tribunal Constitucional, en otra burrada más, decidió prohibir la distribución gratuita de la píldora del día siguiente por considerarla abortiva, decisión con la que el Prelado está de acuerdo, aun cuando el sector salud ha informado no ser ese el caso. 

"La anticoncepción oral de emergencia no es abortiva"

Dr. Manuel Peña

representante de la OPS/OMS en el Perú

La píldora en cuestión evita que los espermatozoides fertilicen cualquier óvulo liberado o que el óvulo ya fecundado por un espermatozoide migre al útero para implantarse y desarrollarse; es decir evita el embarazo pero si este ya se dio, el proceso sigue su curso; por eso la premura de tomar la bendita píldora en un corto plazo. Esta decisión por parte del infame Tribunal Constitucional aumentará los hoy más de 370 mil casos de abortos clandestinos al doble y posiblemente a más. Cipriani, Rey, los miembros del TC y las cucufatas que al pie del Congreso protagonizaran el reclamo "a la vida" verán el fruto de sus nobles esfuerzos en más mujeres muertas y niños hambrientos.

"Comprendo, desde luego, el punto de vista de la Iglesia Católica y, como cristiano, lo comparto. Juzgo legítimo que la Iglesia pida a aquéllos que practican su fe que respeten ciertas prohibiciones. Pero no es la Ley Civil la que puede imponerlas con sanciones penales, al conjunto del cuerpo social (...) Como católico estoy en contra del aborto, como presidente de los franceses considero necesaria su despenalización”.

Valéry Giscard d'Estaing

Presidente de Francia 1974-1981

Durante el Gobierno de Valéry Giscard d'Estaing desde mayo de 1974 a 1981 se llevaron a cabo reformas sociales, como la legislación sobre el divorcio por muto acuerdo, la legalización del aborto y la modificación de la mayoría de edad legal, de los 21 a los 18 años.  

Somos un país donde resulta difícil demostrar una violación pero donde es muy fácil obligar a aguantar el recuerdo de la violación. Somos un país que reclama el derecho a la vida de un Cigoto pero que ignora la Calidad de vida de sus niños. Somos un país que clama a Dios para condenar a una niña violada a no ser auxiliada para mantener vivo el recuerdo de la violación. Somos un país donde la mujer no tiene derecho sobre su cuerpo sino sobre la cocina y la lavandería. Somos un país donde la fe aun remplaza a la razón. 

No cabe duda de que la Iglesia, pese a sus muchas contribuciones con la sociedad, sigue protagonizando retraso e ignorancia en el mundo, con costos alarmantes en la vida de los peruanos. Habrá que esperar que en el futuro la razón sea la fuente de derecho y no el prejuicio y el dogma.