old dogs

Dos grandes del cine, John Travolta y Robin Williams, han sido reunidos por Walt Becker, con un guión de David Diamond. David Weissman, para una producción en manos de Peter Abrams, Andrew Panay, Brian Robbins para Disney. Old Dogs se encuentra en el cuarto puesto en cuanto a recaudación en los Estados Unidos de Amércia con 24.1 millones de dólares y 16.8 millones esta semana, a pesar de ser el único estreno de los primeros favoritos al cual la crítica ha destrozado...

La historia no brinda mucha temática novedosa; los clichés moralistas a los que nos acostumbra Disney brillan en abundancia. Sin embargo, Becker, que ya había trabajado con Travolta en la comedia Wild Hogs, no se molesta en enriquecer los perfiles protagónicos ni ensuciarse haciendo de la historia una muestra exigente, sino que se dedica sólo a explotar el carisma y el talento de sus protagonistas en una resultante que, confieso, en algún momento, abochornado, me provocó no poder parar de reirme, hasta después de un buen rato, con lágrimas en los ojos, notar que todo el cine se encontraba en la misma situación.

Dos amigos, Travolta (Charlie) y Robin William (Dan), mantienen una amistad de años, inseparables, con una sociedad empresarial con la que justamente están a punto de firmar la cuenta de sus vidas. Kelly Preston, la ex y fugaz segunda esposa, producto de la exponateidad, al alcohol y a los consejos de Charlie, de Dan, vuelve a aparecer con el fin de hacerle saber que él es papá. Todo cambia cuando la amiga de la ex, quen iba a cuidar a los niños en su ausencia, sufre un accidente obligando al papá hacer su tarea y cuidarlos con la ayuda del tio Charlie. Mención aparte merece la participación del diminuto Seth Green y sus gritos, de cierto parecido al de Shia LaBeouf en Transformers 2, al enfrentarse al gorila.

 

Old Dogs no es ostentosa; es simple, fresca y liviana: una divertidísima comedia familiar.