Hace unos días en una torpeza política descomunal el gobierno intentó, asolapado, censurar, en buenos términos, elegantes, sutiles, imperceptibles, el pauteo de un Spot, parte de la campaña Vive la vida con B de Brahma, en el que con humor los creativos de Quórum resaltaban la demora del Tren eléctrico. Era pues que extrañamente el spot había dejado de aparecer en la televisión sin explicación alguna esperando que el hecho pase desapercibido. Nada más lejos de la realidad, el bendito video betado ha pasado por cuanto ojo abierto ande por internet demostrando una vez más que ese "tacto" tan torpe, es todo menos sutil, mermando cada vez más la credibilidad de las autoridades gubernamentales. Algo así acaba de suceder en la blogosfera, la misma sutileza, la misma asolapada torpeza esta vez protagonizada por RPP, que para muchos, se encuentra bajo enorme influencia de las risibles Ciprianadas con las que el religioso nos acostumbra deleitar...
No es secreto las diatribas con las que el cardenal acostumbra ornamentar el accionar del ministro de salud, Óscar Ugarte, quien se ha esmerado más de una vez en evitar que realidades adversas en torno a lo sexual acaben con el futuro de nuestros jóvenes; como dice Renato Cisneros, el otro protagonista de este Milagro, "...Decir que entregar condones fomentará “el libertinaje sexual” es hipócrita, es miope. Los adolescentes han tenido, tienen y tendrán sexo, independientemente de lo que diga la Constitución y de lo que piense el Cardenal". Es pues que el artículo completo de la cita que acabo de mencionar, publicado en su bitácora en RPP, por un acto milagroso (dícese milagro como acto de un santo Cardenal), desapareció del espacio virtual, cosa que como con Brahma no pasó desapercibido y como acota el gran Heduardo, "El texto ha sido rescatado del caché (con tilde) que, como sabemos, es cosa del demonio"...
Condones en la CatedralPor Renato Cisneros
rescatado de la memoria caché de la página originalMi papá no hablaba de sexo. Nunca. Sospecho que era porque en su casa tampoco se abordaba el tema con naturalidad. Fue a insistencia de mi madre que mi padre –renunciando a su natural parquedad en esos temas ásperos, incómodos– tomó cartas en el asunto para que yo, su hijo de catorce años recién cumplidos, obtuviera alguna información y no me descarriara pipilépticamente.Fue así que una mañana de sábado de 1990, mientras me cambiaba para ir a jugar fútbol, recibí mi única peculiar clase de educación sexual familiar: hundí mi pie derecho en la zapatilla e identifiqué un cuerpo extraño, blando en el fondo del zapato. Pensé que se trataba de una cucaracha y, azorado, retiré violentamente el pie. Cuando puse la Reebook de cabeza lo que cayó al suelo no fue un insecto, sino un condón. Uno rojo. Mi padre no había encontrado mejor manera de ‘hablarme’ de sexo que camuflando un preservativo en mi zapatilla. Ya con el condón en el bolsillo, empecé a buscar información por mi cuenta para usarlo adecuadamente. Entonces no había Internet, ni cable. Tampoco era sencillo plantarse en una farmacia y pedirle a la boticaria que te explicara cómo funcionaba el jebe. Te miraban como si fueses una tarántula. Como Cipriani miraría al ministro de Salud, más o menos.Con todas esas limitaciones, solo quedó el método habitual: hablar con la gente del colegio. Peguntar, curiosear, agotar las intrigas que alrededor del condón se acumulaban. Ya después, premunido de cierta base, procedí a husmear en libros o revistas (más revistas que libros, para ser franco). Tenía muchas ganas de usar el forro pero quería hacerlo sin riesgos. Sobre todo después de oír en el colegio el rumor, el mito jamás constatado, de que a un chico de quinto, por tener relaciones sin condón, se le había caído el colgajo.Así era antes. Cuando no había data. Cuando la tiranía del tabú uniformizaba la ignorancia. Cuando ni papás, ni profesores, ni mucho menos curas te hablaban con franqueza. Felizmente la información siempre se las ingeniaba para llegar. Había que depurarla, pero llegaba. Intuyo que ahora, cuando hay tantísima información al alcance de todos, cuando ya se han vencido ciertos inútiles pruritos alrededor del sexo, cuando ya se habla sin vergüenza, los adolescentes están más protegidos que antes. Es cierto que en muchos sectores, los más humildes, aún reinan el silencio y el desconocimiento, pero justamente por eso es que conviene hablar en voz alta. Para superar de una vez esa sordera producto de tanto secretismo mojigato y pantirrolludo.Que a estas alturas del partido el Cardenal Cipriani se ofusque porque el Ministerio de Salud reparte preservativos me parece francamente un chiste. Un mal chiste, por cierto. Incurre en el humor involuntario el Cardenal cuando dice que el ministro traiciona a Jesucristo al facilitarles condones a los jóvenes del país, y no dice ni pío (el muy pío) sobre la continua y faltosa racha de pedofilia que le debemos a la Iglesia Católica que él tan políticamente representa desde el púlpito. [Una curiosidad marginal: cada vez que escribo el apellido Cipriani en Word, el correcto ortográfico lo subraya con rojo. Es decir, que ni el Word lo reconoce].A punto de despenalizar las relaciones sexuales entre adolescentes de 14 y 18 años (¡ya era hora!), la repartición de profilácticos suena a medida sensata, cauta, pero sobre todo realista. Decir, como dice el Arzobispo, que entregar condones fomentará “el libertinaje sexual” es hipócrita. Es miope también. Los adolescentes han tenido, tienen y tendrán sexo, independientemente de lo que diga la Constitución y de lo que piense el Cardenal. El modo en que lo tengan, y su grado de responsabilidad, dependerán de la educación y los ejemplos que reciban en casa y en la escuela. Desde mi punto de vista, lo único que hace el ministro de salud es proteger a los jóvenes de embarazos indeseados que propicien abortos traumáticos.Leo las declaraciones de Cipriani y, la verdad, me provoca ir este domingo a las afueras de la Catedral y repartir preservativos gratuitamente entre los feligreses. Estoy seguro de que más de uno agradecería el gesto. Incluso, de darse el caso, también se los podríamos repartir a algún curita ajochado e hiperactivo que, en la soledad de la calle, se franquee.¿Alguien se anima a acompañarme?
Exactamente como en Brahma, bajo el mismo método, el producto en cuestión, aquel que se buscó desapareciese sin mayor atención, hoy se han multiplicado como panes y peces en los medios virtuales y lo han visto y leído más gente de la que hubiese, con menos interés, atestiguado su existencia en su lugar de origen: ¡Un Milagro!
Algunos dicen que la falta de tino se debe a la austera sentencia que el celibato condena, acumulación de sémen ¿Qué tal si le regalamos un condón a Cipriani a ver si sabe darle un buen uso para despejarle un poco la mente, disminuirle la ceguera y use su cerebro con mayor pericia? Al menos a escondidas.
¡Otro Milagro! Volvió a aparecer el finado artículo en la web de RPP: Grande Lázaro!!. Hasta hace unas horas, sin motivo aparente alguno, tal como había desaparecido, en silencio, volvió a aparecer... Buda de Nieve, blog domiciliado en la Mula, publicó un video titulado Condones: Una penitencia para el Cardenal, cosa que evidencia que la idea del regalo al cardenal no era sólo mía. Al parecer, el video fue hecho en agradecimiento por los aportes clérigos del sacro señor cardenal de Lima... Muy divertido.
Algunos dicen que la falta de tino se debe a la austera sentencia que el celibato condena, acumulación de sémen ¿Qué tal si le regalamos un condón a Cipriani a ver si sabe darle un buen uso para despejarle un poco la mente, disminuirle la ceguera y use su cerebro con mayor pericia? Al menos a escondidas.
actualización
Miércoles 17 de noviembre
¡Otro Milagro! Volvió a aparecer el finado artículo en la web de RPP: Grande Lázaro!!. Hasta hace unas horas, sin motivo aparente alguno, tal como había desaparecido, en silencio, volvió a aparecer... Buda de Nieve, blog domiciliado en la Mula, publicó un video titulado Condones: Una penitencia para el Cardenal, cosa que evidencia que la idea del regalo al cardenal no era sólo mía. Al parecer, el video fue hecho en agradecimiento por los aportes clérigos del sacro señor cardenal de Lima... Muy divertido.
4 Miradas :
no es q sea mala onda, ok es cierto el spot se reprodujo y se "facebukeo", se linkeo, se twitteo, y se puso en boca de todos por la web. Pero sigue siendo la mayoria de peruanos los q no tiene internet, asi que si no es un triunfo el q han obtenido, por lo menos es una victoria.
Que tanto revuelo por el famoso condon! jaja en todo caso, esa campaña de repartir condones me parece un tanto "simbolica"? no se como llamarlo. Quien es activo sexualmente tiene muchas mas relaciones sexuales de las que el gobierno podria abastecer en materia de condones... por otro lado, entregan el pedazo de latex a todos... todos son sexualmente activos? no creo. tengo amigos que han tenido q botar el jebe porque se le paso la fecha de vencimiento y naca la pirinaca...
o esos jovenes que no solo aplican una sino dupla y hasta tres al hilo? de que les sirve EL condon q le regalo papa gobierno? naaaaaa! conciencia y educacion es lo que se debe entregar, un condon no hace la diferencia. Yo se q muchos no se atreven a comprarlos en las farmacias... y menos en los supermercados, esa es la tara que hay que vencer... regalar condones no es solucion... hacerse un nudo en el pellejo, tampoco es solucion... apelemos a la responsabilidad de cada uno y de ver el peligro a pesar de los placeres que el acto brinda.
@Damian Tienes razón, la mayoría de peruanos no tienen internet. Sin embargo de ese mismo porcetnaje que no tiene internet muchos se las ingenian para tener acceso, ammistades, cabinas públicas (pese que en algunos pueblos hay sólo una o ninguna).
Lo bueno es que la presión también la ejercen los medios y muchos de pensamientos un poco más abiertos. Tal es así que el papa ya dio un paso atrás.
@Pepe Podría ser simbólica, pero más que todo tiene un carácter inductivo. En publicidad es como las muestras en los supermercados. La diferencia es que en los supermercados el cliente no tiene necesariamente interés en el producto ofrecido y en los jóvenes (PO de la entrega) hay harto interés debido a las hormonas que por la edad exigen a gritos. Los que lo usen, al volver a las andadas, ya conociendo el producto (perdiendo el miedo), exite mayor probabilidad de buscarlo de nuevo.
No es la solución indudablemente, pero es una intención válida de combatir las taras sociales que tanto evitan su uso y que acompañado de una campaña puede tener mejores resultados.
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