seven pounds

Es indudable que hablar de Will Smith, es hablar de taquilla; ese muchacho alto y tísico, de aspecto arlequín de The Fresh Prince of Bel Air, o el Príncipe de Bel Air, que en algún momento de su desarrollo murió para dar vida a un actor de multitudes, gracias a su carisma, simpatía y entrega, que ya en más de una ocasión a buscado ser parte de historias profundas e interesantes con buen pie, para un público menos masivo y más exigente. Es pues que Smith ha vuelto a las pantallas de la mano de Gabriele Muccino por segunda vez, el director italiano de 42 años que lo dirigiera en En busca de la felicidad, quien en esa ocasión, apenas podía hablar inglés, trayéndonos a la pantalla, Seven Pounds, marqueteado en castellano como Siete Almas, con una banda sonora variada y muy cumplidora a cargo de Angelo Milli, pero con una fotografía algo lineal a cargo de Philippe Le Sourd...


Ben Thomas, interpretado por Will Smith carga sobre sí, una abismal y trágica culpa que es el motor de su ineludible decisión, de escoger a siete extraños para heredar su vida por partes, para dejarles, después de una muerte programada, los órganos que ellos necesitan para mejorar su calidad de vida, y en algunos casos, de salvarlas. Entre los 7 destacan, Ezra Turner, interpretado por el gran Woody Harrelson, un pianista ciego; una madre soltera llamada Connie Tepos, interpretada por Elpidia Carrillo, acosada por su ex pareja; y Emily Posa, una guapa morena con problemas con el fisco, interpretada por Rosario Dawson, con quien Ben, de quien la película oculta su pasado, inicia un vinculo emocional.

La película recurre a dejar al espectador con la misma forma de llegar al protagonista como cada uno de los 7, ocultando su constante amargura en una narración lenta, pausada, reflexiva, y que aunque ya en la mitad uno conoce los pormenores y su conclusión, el desenlace llega a un clímax sorprendente y sensible que no dejará a nadie indiferente.