No hay cosa más cierta cuando uno oye que para disfrutar de una obra dependerá de la capacidad del espectador de entender lo que sucede frente suyo, sobretodo con cintas como las que nos está acostumbrando el británico, Christopher Nolan, ahora con Inception, El Origen en castellano, escrita, producida y dirigida por él, un muy inteligente film cuya estructura narrativa es un rompecabezas en niveles en donde la acción, simultáneamente, las desenvuelve en diferentes tiempos magistralmente. Un mundo de sueños sobre sueños impecablemente construidos, escenificando nuestros secretos, de notable estética y con una banda sonora impresionante y precisa como la de Hans Zimmer...
Dom Cobb, interpretado por Leonardo DiCaprio, es un habilidoso y perseguido ladrón en el arte de la extracción de los secretos más íntimos de su presa, desde lo profundo de su subconsciente durante el sueño, momento en que la mente es más vulnerable, cosa que lo ha convertido en uno de los más solicitados en el mundo del espionaje industrial. Justamente por este motivo se le ofrece un último trabajo, ya no de extraer una idea, sino de implantarla: una inserción en la mente de Robert Fischer, encarnado en el buen actor Cillian Murphy, a cambio de poder regresar a su país, a su hogar, debiendo luchar para lograr su objetivo ...contra sus propios fantasmas.
DiCaprio lleva espectacularmente sobre su espalda el ritmo de la película con su constante y oscura agonía, perturbado e impotente ante las apariciones de Marion Cotillard. Ellen Page, en su papel de Ariadne, la arquitecta encargada de construir dentro de los sueños, los escenarios en donde los protagonistas van a desenvolverse, no nos permite olvidar a la encantadora y genial Juno, como un complemento a DiCaprio que junto a Joseph Gordon-Levitt, funciona. Justamente el director se vale del adiestramiento de Ariadne para explicar el complicado sistema para manipular la realidad dentro de los sueños dejando claras las reglas del juego, explicación algo excesiva para algunos, pero que es el preámbulo a una serie de situaciones que no permiten espacio para una explicación y que es necesaria para poder entender todos los conceptos acerca del subconsciente dentro de la avalancha de acción, tensión y suspenso, una vez en marcha el proyecto. El toque de sobriedad, poniendo una pausa necesaria a la trama se encuentra a cargo del genial Michael Caine. Por su parte, los abrumadores efectos especiales, que justifican demás la inversión de 200 millones de dólares, son espectaculares y justos.
Inception, un riesgo de taquilla, una exigencia al cerebro, una osadía inteligente. Sin lugar a dudas la obra maestra de Nolan.
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