postura endeble

Hace unos días, purgando y revisando correos antiguos dejados atrás, en el olvido, para dejar con buena salud mi tan desordenado, como yo, correo electrónico, hallé uno de nuestra profesora López, del Blog Puedo tocar el Futuro, profesora que tanto se hace extrañar con su, como diría Trova, frescura femenina en los comentarios. Este Mail, al parecer y seguro por mi tan habitual -mea culpa- distracción, no había sido leído ni satanizado por mi barbarie presencia, cosa que acabo de enmendar. Era un enlace a un artículo de un Portal católico con el título de No creo en Dios, soy ateo, con el que, de seguro, en su generoso afán docente, Bea buscaba que corregir o, por lo menos, evidenciar, el sendero oscuro y errado, por el que confeso, transito en mi condición de ateo contumaz. Sin embargo, extendiéndome en la lectura del Post revelador, caí en duda acerca de las sibilinas intenciones de la educadora. ¿Era pues su fin, su objetivo, abrirme el camino a la luz y la verdad teocrática para enderezar y aplacar mi rebeldía al axioma celebrado por todos? ¿O era un cimiento camuflado para consolidar mi ya torcido concepto del hacedor de todo?

El artículo en mención, a pesar de que el autor recalca estoicamente no tener intenciones de minimizar las posturas con las que no está de acuerdo, es todo un conjunto de conjeturas, resultado, o de un uso superficial del cerebro o de una desconexión total del mismo para con su cavidad bucal, en este caso, sus extremidades dactilares, evidenciando que no todos pasamos por la evolución de Darwin que tanto contradice al bastión de su credo, partiendo de su apreciación acerca de una amistad suya calificada como amiguete, "El ateo empezó a desinflarse al notar nuestra indiferencia por su postura religiosa, de la que parecía querer presumir"; convirtiendo la tarea de refutar, en una actividad envidiablemente sencilla y lúdica.

Alejo Fernández, autor del artículo, afirma por ejemplo que "Si la ciencia se basa en principio indemostrables, ¿por qué exigimos demostración para aceptar la existencia de Dios?", tal vez sea porque no es cierto, la ciencia se basa en demostraciones. De seguro se referiría a las "teorías" científicas, que como su nombre lo dice son teorías que intentan explicar una incógnita a base de la lógica sin que ésta sea una verdad.

La Teoría del conocimiento científico o Epistemología, una de las corrientes filosóficas que sirve de base a la metodología científica cuyo padre es Karl Popper, intenta descubrir en la lógica del error, la verdad objetiva y así exponer resultados y métodos de la ciencia a una corrección constante. Es decir, a la búsqueda y eliminación contínua de errores para acercarse a la verdad, hallando "la correspondencia del conocimiento con su objeto". La ciencia se autocuestiona constantemente, clara diferencia entre el saber y la fe.

(actualización por datos facilitados por Silvi)

Afirma también que por cantidad debe ser una verdad. Es decir que porque la mayoría cree es por algo, "¿Están todos equivocados? Mire uno adonde mire aparecen los indicios de Dios: Iglesias, Catedrales, cruces en los caminos, libros, cuadros, poesía, música." Como si todos sacaran 20 en el colegio.

"El hombre no puede obtener la fe por sí mismo. La da Dios a quien la pide con humildad.", eso significaría que ni los incas, ni egipcios, ni árabes ni las tantas culturas que adoraban a otras deidades tendrían la humildad necesaria. Tal vez el autor halló un sinónimo entre humildad e imposición, aquella que trajeron los españoles a punta de sangre y torturas. Acaso ¿Existe alguna otra manera de imponer una deidad a otra cultura?

Cita a San Agustín afirmando que para ser un hombre correcto hay que creer en Dios "Si no hay Dios, si Cristo no existió, si sus Evangelios no son válidos, si sus mandamientos no obligan; entonces ¡todo es posible! Eliminado el sentimiento de Dios, desaparece el de culpa, y con él, el deber de autocontención. Los deseos de uno tropiezan con los de otros, exponiéndose a represalias. (...) Nadie puede comportarse del todo como si no hubiera Dios. Pues los deseos desatados de cada uno chocan con los ajenos, y su satisfacción exigiría tiranizar al prójimo. La sociedad se convertiría en el albergue del crimen generalizado"; es decir que el hombre por sí mismo no puede ser correcto y que su buena conducta sólo depende del temor a alguien con más poder. Cabría recordarle que estadísticamente la mayoría de criminales, en todos los tiempos y en todo el planeta, creen y han creído en un Dios, que en la época en que más se creía en él, la edad media, hubieron más asesinatos y torturas que en toda la historia de la humanidad, y que la Iglesia, en su afán de difundir la buena nueva, torturó y asesinó a muchos en su nombre. ¡Avalaba esa tiranía! acaso ¿Su satisfacción lo exigía?

 

Y a riesgo de envolverme en un futuro, en el destino criminal y del caos que el autor ya me profetizó, por ser ateo, cito a otros que durante su vida, no sólo que no han sido criminales, sino que aportaron con cultura, sapiencia y educación a la humanidad por una sociedad más justa e inteligente, incluso en épocas en que por esa condición se era torturado, ejecutado o expulsado por quienes representan la paz, la justicia y el amor de Yahvé en la tierra, la Iglesia: Charles Darwin, Fromm, Voltaire, Isaac Newton, Leonardo da Vinci, Goethe, Nietzsche, Salman Rushdie, John F. Kennedy, Jhon Lennon, Karl Marx, Lord Bryon, Carl Sagan, Sigmund Freud, Einstein, Mark Twain, Hanryk Ibsen, H. G. Wells, Bertolt Brecht, Miguel de Unamuno, Cesar Vallejo, Bertrand Russell, Fiodor Dovstoyevsky, Thomas Jefferson, Montaigne, Thomas Paine, Maximo Gorki, Thomas Edison, Charles Chaplin, Balzac, Immanuel Kant y muchos más.

"El hombre ha creado un dios absurdo, es decir, un dios a su imagen y semejanza..."

Thomas Mann