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viernes, 9 de julio de 2010

Green Zone: Ciudad de las Tormentas





Rajiv Chandrasekaran, actual redactor jefe adjunto de The Washington Post, ha sido corresponsal en Bagdad y El Cairo, y ha cubierto la guerra de Afganistán y por último la invasión ilegal a Irak desde noviembre de 2002 hasta el 30 de septiembre de 2004. Resultado justamente de ese último trabajo es su libro Vida imperial en la Ciudad Esmeralda, basado en más de cien entrevistas con personal norteamericano (muchos solicitaron su anonimato para evitar represalias) y un abundante número de iraquíes de toda clase y condición, en su estancia en los escenarios donde podría palpar la realidad cotidiana en la que transcurría la vida de la población local, desde barrios a industrias clave, como las de generación eléctrica, campus universitarios, escuelas, mercados, tiendas y pequeños cafés, y en documentos y personal de la APC, ya en los Estados Unidos de Norteamérica.


"Después de 60 días de investigación de la ONU, encargados de verificar el desarme de Irak, dicen no haber encontrado pruebas de que Sadam Husein tenga armas de destrucción masiva (...) Por ello, piden más tiempo para seguir trabajando"
El País
diario español
3 meses antes de la invasión

Es bien sabido el carácter criminal, ilegal y de avaricia que conllevó a la gestión de George W Bush a crear una justificación inexistente para la invasión que perpetró el ejército norteamericano a Irak, con la venia de la Coalición que lideraba conformada por los gobiernos de Reino Unido, España, Portugal, Italia, Polonia, Dinamarca, Australia y Hungría, pese a que cada uno de sus ciudadanos estaban en contra, así como la opinión pública en su mayoría, cosa evidenciada por las múltiples manifestaciones mundiales en contra. Justamente el libro mencionado antes, Vida imperial en la Ciudad Esmeralda, de Chandrasekaran, es el que ha servido de base para la última producción de Paul Greengrass que, aunque no se considera a si mismo como un cineasta político, se muestra una vez más como un gran retratista del contexto político en conflicto de estética realista, de bosquejos sólidos dentro de la dinámica de las persecusiones y las intrigas, tal y como hiciese con su Bloody Sunday (2002), United 93 (2006), y parte de la trilogía Bourne, que fue la que le dio mayor éxito, The Bourne Supremacy (2004), y The Bourne Ultimatum (2007).

Fiel a la línea que ya había trazado desde Bloody Sunday, Greengrass lleva a las pantallas, Green Zone, Ciudad de las tormentas en castellano, una interesante y apasionante película que sorprendentemente mantiene el ritmo, aun en los momentos en que la acción no se hace presente (gran parte de la película), debido al suspenso bien llevado sobre la trama que describe el guión escrito por Brian Helgeland, en el que poco a poco va desenredando una conspiración que por sí sola crea un ambiente atractivo, pese a la cantidad abrumadora de información y a que es vox populi, el hecho de que nunca hubieron armas de destrucción masiva en Irak.






Nuevamente impecable Matt Damon, tras sus exitosos papeles como Bourne, vuelve al protagonismo de una producción de conflicto, suspenso y acción, interpretando al subteniente del Ejército Estadounidense, Roy Miller, quien dirige una unidad enviada a Iraq para encontrar las inexistentes armas de destrucción masiva que justifiquen la invasión de Iraq en 2003. Poco a poco, Miller, empieza a sospechar de la autenticidad de la fuente ¡Nunca halla algo! en medio de 2 bandos norteamericanos liderados por Greg Kinnear interpretando a Clark Poundstone y Brendan Gleeson interpretando a Martin Brown, enfrentados entre sí, en un mismo contexto pero con fines distintos, uno por camuflar sus mentiras y otros por revelarlas.






La película cuenta con la actuación de veteranos auténticos de la Guerra de Irak y está rodada en decorados naturales de España, Marruecos e Inglaterra, y como es ya costumbre del director, con cámara al hombro y mucho movimiento, con lo que consigue dinamismo en los planos y escenas sacándole el máximo provecho. Lo que me parece algo extraño es que por momentos parece quitarle protagonismo en la escena a Bush afirmando, parece, la remota e ilusa posibilidad de que el esquivador de zapatos no estuviese enterado del montaje.






“Matt y yo nos planteamos la siguiente cuestión: Queremos crear una película convincente, llena de acción, misteriosa, que entusiasme y aporte una visión privilegiada de un mundo secreto, como las películas de Bourne, pero ¿podemos hacerlo en un ambiente extremo como era el centro de Bagdad durante las desesperadas semanas que siguieron a la invasión? Espero que la respuesta del público sea: -Sí, han sabido hacerlo-”.

Director de Green Zone




Igualmente es una gran película, impecablemente dirigida y que bien merece ser vista.









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