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miércoles, 26 de marzo de 2008

sorry gas


Uno de mis primeros trabajos en el ambiente publicitario fue en una realizadora de audio llamada Contempo studios, la que por la poca madurez de sus socios y pese a los buenos resultados de su trabajo, hoy ya no existe. Un problema de faldas, soberbia y vanidad, derrumbó un muy prometedor abastecedor de audio de calidad. La creatividad, ingenio y conocimiento en la música, la locución, el canto y el guión de los participantes no fueron suficientes para llevar ese intelecto a la administración del mismo.

Era pues que en aquellas épocas saliese de vez en cuando con Giusepe, un pata de reducida estatura por herencia familiar con un carisma muy contagiante. Yepeto, como lo llamábamos de cariño, en sus andanzas de casanova, había conseguido un auto como consecuencia de sus conquistas a la tercera edad: Una señora de madura cronología le concedía el uso de su auto y por supuesto, su cuidado. Nadie hubiese dudado que el coche fuera de él, estaba en sus manos todo el tiempo.

En una ocasión, mientras aprendía a manejar, quedamos en salir con sus amigas, mejor dicho que lo acompañe en la conquista que se había propuesto. Su víctima no iba a salir con él si no era con una amiga. Ante la apremiante situación, accedí a acompañarlos con la condición, con la garantía de que la amiga perteneciese al género humano. Ya había atestiguado a Yepeto en comunicaciones intergalácticas.

El auto blanco llegó a las puertas del estudio a tiempo, a eso de las 10pm, Yepeto me presentó a su víctima y luego de sentarme en el asiento trasero fuimos en busca de la amiga. No podía quejarme, era atractiva, sin embargo desde lejos noté cierta indisposición, cierta incomodidad de su parte. Subió al auto, se acomodó en el asiento trasero, a mi costado, y con un hola saludo a todos los presentes. Mi incomodidad se acrecentaba a medida de que su indiferencia para conmigo se hacia más obvia, poco a poco noté que mi presencia, metro ochenta frente a su metro y ....algunos centímetros más, era prácticamente imperceptible. Si no fuese por algunas intervenciones de Yepeto y su pareja me hubiese quedado dormido. Hubo un momento en que dejamos de hablar, todos, mientras se buscaba un lugar donde estacionar. El silencio se había apoderado de nosotros, todo estaba calmo cuando de pronto, sin entender el motivo, un ligero sonido me dejó totalmente quieto, salvo mis ojos que independientemente del resto de mi cuerpo, implacable se movía a toda velocidad en torno al grupo buscando una respuesta que disipe mi duda. "Sorry, gas", fue la respuesta indiferente que con un cinismo de escritorio, mi acompañante dejó sentada la poca importancia del hecho. Yo, aún atónito, no por el accidente sino por la indiferencia, me mantuve en el rincón del auto observándola conversar ya de otro tema dejando el mal momento muy atrás

Comprendo que un hecho fortuito como este le puede pasar a cualquiera, y no tiene real importancia, y aunque es ideal la indiferencia por lo natural del hecho, me costaba creer la naturalidad de su reacción. Normalmente verías a una chica roja de vergüenza, algunas disimulando el accidente dejándolo atrás y otras incansables pidiendo disculpas por el infortunado accidente. Tal vez mi incredulidad se debía a un escaso roce social o tal vez a una educación desactualizada. Debo confesar, que después de eso, mis motivaciones por romper el hielo y hacerme visible ante ella cesaron casi inmediatamente, la distancia era la opción en la que me sentía más cómodo, tal vez, fue un error el darle la importancia que ella no pareció darle al hecho, tal vez esa sensación poco agradable era hipócritamente mal puesta ya que había antes y después de esto, atestiguado otros accidentes nada accidentales de otras personas.

Como era la costumbre de todos los de la oficina, bajamos a la playa, repleta de autos y gente, a tomar unas cervezas y jugar fulbito de mano, no sé si debido a mi mediocre habilidad en el juego o al simple buen momento que pasamos, que la distancia y el muro poco a poco fueron diluyéndose entre risas, para nosotros dos.

Fuimos a dejarlas a casa; de risas y abrazos no me excedí, aunque creo no haberlo deseado, no estoy seguro; a pesar de todo, fue una buena noche y la pasé bien; tal vez la incomodidad y distancia inicial que ella marcó estuvo relacionada con el accidente, tal vez esa indiferencia era la distancia generada por alguna molestia estomacal, no lo sé, pero de lo que sí estoy seguro, es que esa fue una de esas noches únicas, imposibles de olvidar.


martes, 18 de marzo de 2008

el grammy en iquitos


Como todo muchacho, me formé teniendo como principales referentes a la familia, mis padres y mi hermano. De mi padre intenté aprender la agudeza de la palabra, la pasión por el deporte y la avidez por las artes, sobretodo la música y la pintura. De mi madre, la nobleza y la urbanidad, cosa en la q
ue obviamente, me faltó prestarle más atención. Siguiendo a mi viejo y posteriormente a mi hermano Juan Carlos, quien a diferencia de papá, sí llegó a concluir sus estudios en el conservatorio. Disfruté de oír y hacer música. Las circunstancias me llevaron a aprender lo poco o mucho que sé de manera doméstica, habiendo sido bendecido con amistades y una familia, de alguna forma vinculada a ese arte, haciendo un poco de bulla con mocosos, quienes como yo, compartíamos el gusto por la buena música, aunque con preferencias poco populares, el rock progresivo, clásico, el jazz.







(izq - der) el chino issac en el bajo; julio atras, en la bateria; yo, en los teclados y daniel en la guitarra






Ya en iquitos, a pesar de la carencia de un público que disfrute más allá de los c
ontagiosos ritmos cumbiamberos, agasajados con pronunciados derrieres, cerveza y decibeles estridentes, buscamos con mi hermano y algunas amistades, ajenas al común denominador por intención propia, que hacer algo de música que nos llene ese vacío que el trabajo y la falta de tiempo cruelmente nos arrebata. Sin embargo, la falta de tiempo nos cobraba nuevamente caro, evitando llevar más allá nuestra bulla.

Produjimos un programa de tv llamado 5 sentidos, una especie de magazine que buscaba que guardar una óptica juvenil, fresca e inteligente, rescatando los valores de la
ciudad con un lenguaje dinámico en el que los temas artísticos tenían una gran importancia. Tuvimos la suerte de contar con un grupo humano fácil de querer, que por distintas circunstancias fue variando. Es pues que en esta época, la ganadora del grammy arribaba en tierras amazónicas para ofrecer su arte, la encantadora Susana Baca, a quien preparamos una campaña publicitaria que abarcaría medios de televisión, radio y prensa en busca de darle al público iquiteño un espectáculo diferente al que está acostumbrado, un espectáculo de calidad internacional. Una entrevista con el programa reveló su inquebrantable humildad y profesionalismo. Agradeció la campaña e hizo su música con un público que había llenado el recinto, lastimosamente, mucho de él asistía más para jactarse de su presencia que de disfrutar en verdad de la ganadora del grammy.

Ya pasó un tiempo de esto. Espero haya la oportunidad de repetir momentos como esos.









Yo, Susana y Juan Carlos, mi hermano.








domingo, 9 de marzo de 2008

límites


Hoy, me levanté tarde por mis acostumbrados desvelos no intencionales; entré a la pc para avanzar con mis trabajos y como siempre, revisé mi correo; un mail me llamó la atención, un mail que saca a la luz las lindes de lo que podemos llamar arte. Hasta no hace mucho, discrepancias similares se demarcaron sobre los desnudos y la pornografía en distintas partes donde el vanguardismo artístico es común; la subjetividad de las formas y el concepto del mensaje abrieron puertas a pesar de la crudeza de las imágenes, a un punto de vista más real y sincero; porque eso es arte,
la expresión libre, inteligente y subjetiva del interior del autor y sin libertad no puede ser totalmente arte; entonces, dónde hallar un límite; si no me equivoco, fue un pulitzer en 1994, lo que se le entregó a un fotógrafo sudafricano, kevin carter, quien plasmó con arte impecable, la condición de una desnutrida y famélica niña sudanesa a punto de morir por falta de alimento; las resaltante costillas, las moscas y el aspecto cadavérico se veían minimizados por la presencia de un carroñero en cauta espera para ver muerta a la niña y poder devorársela; no se sabe si el buitre consiguió su objetivo, se especula que la niña tuvo mejor suerte. Carter se suicidó 3 meses después de su publicación.












El mail que reci
bí fue acerca de la próxima bienal centroamericana a realizarse en honduras; guillermo habacuc vargas, artista costarricense, invitado especial del evento, hace aproximadamente un año realizó una muestra de su arte, atando un perro "natividad" al pie del centro cultural con el título en la pared "Eres lo que lees", cuidadosamente armado por alimentos para perros, negándoselo al can hasta atestiguar su deterioro, sufrimiento e indiferente muerte ante un público, al parecer, mermado de sensibilidad y sentido común.

Ser testigo de una situación nefasta natural, sin intervenir, fue motivo de suicidio para carter, y ser protagonista y perpetrador de esta cruel tortura es orgullo para habacuc?; curiosa paradoja resultado, presumo, de falta de educación, cultura y sensibilidad disfrazada de búsqueda de la libertad en el arte, tal vez de una triste fama. Si no nos puede dar la satisfacción de un suicidio, por lo menos, con algo de tino, esperaría su alejamiento del arte.

El mail busca que realizar un boicot en contra del supuesto artista que espero consiga; si aún no has disfrutado de su arte, te propongo degustarlo para que puedas entender la indignación de quienes se sumaron a su boicot en youtube



Debemos recordar que el arte es el espíritu y la conciencia de una sociedad, la cual con un arte así, no tiene mucho de qué estar orgullosa.




lunes, 3 de marzo de 2008

suerte de almas






En la esquina de mi barrio, en lince, hay, si no me equivoco y
según sus inquilinos amigos míos, unas cuatro casas con un mismo origen. En ellas, según cuentan, diversas ánimas hacen gala de sus capacidades. Al parecer antiguamente estas habrían sido sólo una sin embargo hoy son cuatro unas independientes de las otras. Nunca atestigüé las historias que me han contado, a pesar de siempre querer hacerlo. 

En cierta ocasión, en las vacaciones del colegio, Pepe y yo ya nos habíamos despedido de carmen con quien habíamos estado conversando hasta avanzada la noche. Ella vivía en una quinta a mitad de cuadra, y al pie de esta, acostumbrábamos reunirnos a conversar. Justo antes de doblar la esquina, mientras distraídos Pepe y yo seguíamos en nuestro mundo, se me ocurrió dar vuelta atrás, hacia la casa de Carmen y la vi haciendo unas señas con la mano, señas que no entendía en absoluto. Pepe giró la mirada también y pensó nos estaba volviendo a llamar, "tal vez algo se le había olvidado" dijo, sin embargo debido al cansancio yo resolví que nos vayamos, pensando que cualquiera haya sido la razón, al día siguiente siempre podría resolverse. Así pues, en la siguiente tarde, al momento de volvernos a ver, intrigados le preguntamos sobre su llamado, Carmen extrañada respondió que la habíamos confundido, que una vez despedidos ella se había metido a su quinta y que nunca estuvo afuera haciendo señas, prueba de esto es que su vecina cuya ventana comparte con la de ella los interiores de la quinta, estuvo contándole sus pormenores ni bien había entrado después de conversar con nosotros. Elita, su vecina, amiga nuestra no había podido salir por la hora en que nos habíamos quedado esa noche sin embargo, aun despierta, desde su ventana en la quinta, abordó a Carmen para charlar. Elita corroboró que Carmen no había estado afuera de su casa en el momento en que la vimos.

Carmen nos contó que no era la primera vez, que muchas veces su hermano al entrar a casa, la ha visto lavando los platos en la cocina para verla acto seguido en su segundo piso, es decir, una carmen duplicada, desdoblada o qué se yo.

Era normal también que en la casa de Marlene, otra amiga de la cuadra, se dieran ciertas manifestaciones. No es que viésemos su pequeña anatomía duplicada como a Carmen, sino más bien, según cuentan, algunas ánimas con personalidad propia, suelen tener cierta actividad en su domicilio, cosa que a toda la familia mantenía en alerta: No es una joda amical. Por lo mismo, por el justificado temor, no era de extrañar que en momentos en que ella debía quedarse en casa, sola, buscase la compañía de alguno de nosotros. Siempre buscaba evitar atravesar esa situación sola. En cierta ocasión, ella estaba con una amiga de su colegio sentada en un escalón al pie de su puerta esperando la vuelta de la familia que rezando andaba en alguna parroquia del barrio, era domingo para los católicos. Con el frío las necesidades fisiológicas se impusieron y su amiga le pidió el uso de su baño, uno que se bajo la escalera, entre la cocina y la puerta que da a la calle donde ellas se encontraban sentadas. Al acabar, la amiga regresó preguntando a Marlene quién había llamado, y es que preguntó segura de haber oído una llamada desde el teléfono de la cocina, a alguien contestar, conversar y colgar. Marlene se asustó y decidió salir por completo de la casa y cerrarla. En ese momento Pepe, como era habitual se apersonaba en el barrio y al verlas se acercó. Ni bien terminó de saludarlas, quedando los tres juntos fuera de la casa, al pie de la puerta, las persianas de la ventana al costado de su puerta se abrieron por un instante y unos ojos los observó por unos segundos, ante la consternación y pánico de las chicas. Las persianas se cerraron y Pepe atinó a llamar a Serenazgo quienes, para sorpresa de ellos, llegaron inmediatamente. Los serenos revisaron la casa por completo y no hallaron nada, son embargo Marlene y su amiga se rehusaron a entrar a la casa hasta que la familia hubiese regresado de misa.

Al poco tiempo de haber llegado a Iquitos, y ante tanta leyenda e historias de almas, con un grupo de amigos, decidimos buscar alguna casa de donde se diga que es costumbre, seguidas manifestaciones paranormales. Juan Carlos mi hermano, Normita, Tanith, Dorian y yo, teníamos planeado pasar la noche ahí, y si es posible filmar las apariciones a medida de que esto fuese posible. Lamentablemente, no llegamos a ubicar un solo lugar en concreto.

Tantas historias sin un lugar específico. Tal vez sea la resultante de bolas y chismes sin sustento o tal vez del olvido y desarrollo de la ciudad, quién sabe. Lamentablemente, aun no he podido atestiguar nada de eso, tal vez por mi escepticismo por mi falta de fe en el que todo lo puede y sus derivados o porque no he sido atinado en escoger el lugar y el momento adecuado o simplemente porque no he tenido suerte. Tal vez deba volver a Lince y buscar entre las cuatro casas los ojos que se ocultan tras las persianas.
















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