Muchos argumentan que tras el físico, una verdadera relación se basa en los sentimientos, en la personalidad, en el interior. Por lo menos es que lo que se oye cuando al tratar el tema se conserva una postura "políticamente correcta". Yo no pienso igual. Sorry. Yo creo, es la suma de una serie de características que hacen de una pareja un cóncavo y convexo -a lo Roberto Carlos-, que encierra la atracción física, el deseo sexual, la personalidad y los sentimientos, que con equilibrio, de alguna manera, forman un complemento mutuo y de necesidades complementarias.
Eran las 2 de la tarde y como ya me era habitual en esa época, me dirigí a las cabinas públicas de Internet para entrar en el messenger y conversar con quienes había hecho cierta amistad por ese medio. Las rutinarias formas de conversación siempre incluía una descripción somera sobre la anatomía de los involucrados, ante la ausencia de alguna cámara que revelara las virtudes y defectos de quienes en algún momento pretendiesen cruzar palabras directamente.
-- metro ochenta, ni gordo ni flaco, término medio, hago deporte, cabello lacio algo largo, acostumbro usar la barba tipo candado (barba alrededor de la boca, a lo Bolognesi), ojos pardos oscuros.
-- metro sesenta y cinco, estoy en el gimnasio, cabello lacio castaño y corto, ojos caramelo.
La carencia de una clara visualización de quien estaba al otro lado de la pantalla provocaba un generoso desarrollo de la imaginación en mi cerebro ¡Imposible evitarlo! -- "Estoy en el gimnasio" -- era la constante oración que como promesa de un deleite visual y dactilar me taladraba el cerebro entusiasmándome a un encuentro frontal, sin las lindes de una fría pantalla de la que sólo brotaban formas árabes, que como una ráfaga de viento sólo vislumbraba la sombra de la protagonista de un futuro encuentro. Sería grosero solicitar más detalles al respecto y además, ¿Quién sería lo suficientemente justo para dar una descripción veraz, sin parcializarse? Era suficiente para una grata idea, suficiente para completarla con mi fertil imaginación, suficiente para determinar cual pitoniso un celebrado final para nuestro encuentro...