"Fue domingo en las claras orejas de mi burro,
de mi burro peruano en el Perú..."
Para este 17 de marzo tenemos impuesta la obligación de escoger entre "Se queda" o "Se va". Por si no quedó claro, lo digo y lo repito, los limeños estamos bendecidos y encomendados a elegir bajo el sol de un domingo de verano "A la fuerza". Pero el plato no vino solo, como prefacio al cuerpo del asunto, sistemática y mediáticamente hemos sido bombardeados sin piedad de Lavanderas, Nuevos ricos horrorosos, Fideos, Galletitas, Incapaces, Vagas, Premios, Diplomas, Blanquitos, Cholitos, Pitucas, Corruptas, Desmanes, Peleas, Firmas de muertos, clones y mancos, Escalones inflados, Memes, Favrecaciones, Castañedas, José Lunas, Marco Turbios, Garcías, Del Castillos, Mulderes, Quesquenes, Prados, Fabiolas Morales, Alditos, Valenzuelas, Secadas, Panzones y Forrest Gumps afeminados, Despidos, Olones, Ríos enfurecidos, Izquierdas intergalácticas, Juegos infantiles quemados, Regidores igual de quemados, marihuaneros, Insultos a domicilio y electores embrutecidos. La Sábana, como cariñosamente se ha apodado a la cédula electoral por su no muy discreto tamaño, va a ser la última pieza de esta maquinaria civil y política que estimula la voluntad patriota. Nuestros antepasados lucharon por los derechos civiles justamente para momentos como este... "quiero decir mi trémulo, patriótico peinado" ¿Lucharon?
Ciento noventa y dos años de vida republicana, cuatrocientos ochenta y un años de existencia capitalina, sólo para este momento en que nuestro derecho se confunde con nuestro deber. Es lo mismo.