"Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará"
Mateo capítulo 10, 35-39
Hace unos días, el 22 de febrero pasado, el actor y también activista en contra de la violencia en contra de la mujer, Jason Day, en un artículo de su columna en el diario La República al que tituló "Esto sí es guerra", relató a manera de crónica un incómodo episodio por el que habría atravesado cuando niño en el Markham College, previamente a su primera comunión. En el relato, Day describe una serie de actitudes que ante sus ojos de infante le resultaron extrañas y que, con los años reflexiona pudo haber sido peligroso, la probabilidad de un intento fallido de abuso por un sacerdote sodálite. Esto, al parecer en respuesta y contraste de los constantes artículos que la Agencia Católica de Informaciones ACI Prensa, agencia de noticias del ala conservadora de la iglesia y que el Sodalitium fundara en 1980, publicara en su portal, en los que atacaban las causas que el actor defiende y protagoniza en su labor social.