Una pastilla para el cerebro: Belmont obsceno

Alguna vez oí decir, y lo he parafraseado más de una vez, "el infierno está lleno de buenas intenciones". La Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso de la República acaba de aprobar por unanimidad el Proyecto de Ley No. 3621-2009 que sanciona penalmente a los responsables de los medios de comunicación que difundan contenido "obsceno o pornográfico", propuesto por el congresista Ricardo Belmont Cassinelli, dueño del canal de televisión RBC, en el que, desde hace unos años pretende convertirse en el heraldo de una sacra cruzada personal por el regreso de la televisión sana e impoluta que según La exposición de Motivos de dicha ley, se practicaba en los ´80 en el Perú...

"Será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de dos años ni mayor de seis años el Director, Editor o responsable de las publicaciones o ediciones, a transmitirse a través de medios de comunicación social, tales como diarios, revistas, afiches, paneles, volantes, radio, televisión, o cualquier otro medio que produzca un efecto de comunicación similar, que publiciten imágenes, mensajes o audios obscenos o pornográficos."

Artículo 183-B

Código Penal

¿Dónde comienza lo obsceno y termina el arte y lo aceptable? ¿Quién decide qué es obsceno? ¿Tal vez quien produce el programa donde las diminutas y curvilíneas faldas de su ex conductora con suma generosidad se exhiben en su canal? ¿o Tal vez la hallemos dentro de la generosa avalancha de sabiduría que despliegan las aburridísimas, absurdas y retrógadas conversaciones conservadoras entre el Padre Guillermo Oviedo y Belmont "A corazón abierto" (porque el cerebro quedó renegado)? Robert Mapplethorpe, fue un muy célebre fotógrafo norteamericano, reconocido en toda Europa, cuya exposición individual titulada "Sexually suggestive", Sexualmente sugestivas, le llevó al director del Centro de Arte Contemporáneo, Contemporary Arts Center, de Cincinnati, Dennis Barrie, a enfrentar un proceso judicial, ya que la obra tenía contenido sexual explícito, que escandalizó incluso a miembros del parlamento estadounidense quienes lo calificaron como obsceno.

El concepto de obscenidad difiere según las culturas y su moral, e individualmente de acuerdo a su formación y lo que acepta cada persona como correcto. Vale decir que lo que para mí es obsceno, no necesariamente lo es para un tercero ¿Sería acaso penado con carcel los responsables de la publicación en un diario de la muestra fotográfica de la cerámica de los Moche en la que dentro de su arte muestra sexo explícito? La mencionada Ley carece de una definición determinada de lo que es obsceno entre sus líneas que, por lo mismo que el término es abstracto y ambiguo, permite un amplio margen de acción para que cualquier juez califique de acuerdo a su muy particular entender y moral, el contenido de los medios de comunicación sin que la regulación de su distribución tenga mayor relevancia. Incluso, peligrosamente, podría servir de censura a los medios incómodos al régimen justificándolo con alguna dizque obscenidad

Si bien es cierto muchos medios contienen material expuesto que puede ser negativo al desarrollo de cualquier infante (basta con pararse al costado de cualquier quiosco de venta de diarios y disfrutar con sus finas expresiones verbales y visuales), ya existen regulaciones que determinan los límites a los que deben someterse y que pueden ser modificadas y mejoradas con el fin de proteger al menor. (ejm: El uso obligatorio para los medios escritos de envolturas en caso de expresiones y fotografías de contenido violento o sexual, sanciones económicas).

Es inconcebible que el Congreso de la República malgaste esfuerzo y tiempo en siquiera la posibilidad de debatir, con la bandera de la protección al menor y la cultura, tamaño mamarracho legislativo, tal y como lo hace hoy con la supuesta toma de senderistas en la UNMSM que parecen, sospechosamente humeantes, exigir subconscientemente, ante la amenaza terrorista, la vuelta de la mano dura nipona o de sus herederos encarnados en la gordita que estudió con el dinero de todos los peruanos (Basta con ver a Keiko Fujimori en las encuestas), mientras por otro lado, la televisión del estado ha sacado del aire programas de cultura como Vano Oficio (literatura) sin reemplazarlo por otro similar y se mantienen inquebrantables con sus telenovelas coreanas.

¡Todo sea por la cultura y la defensa del desarrollo del niño!