rock de pocos

Habíamos estado ya ensayando unos meses antes. Era un repertorio de aproximadamente veinte canciones para interpretar en el Florentino de Barranco, presentación que habíamos adelantado debido a que el chino Isaac, bajista de la banda, viajaba a Japón a nutrirse más sobre el bajo y el samisen, instrumento japonés. Nuestro repertorio incluía propias y covers como Seru Girán, Fito, Espìnetta, Yes, Satriani, etc; claras influencias del rock clásico, progresivo y jazz rock, géneros no muy comerciales: Música de pocos.

Habíamos llegado tarde y no pudimos hacer prueba de sonido. Por lo mismo tuvimos que esperar aproximadamente una hora antes de la presentación para hacerla. Normalmente caigo en nervios cada vez que me encuentro frente a un público, es pues que normalmente soy tímido y nervioso, pese a que muchos de los que me conocen no lo hayan notado o no lo crean. Recuerdo cierta vez que me contrataron para acompañar en un concurso musical de los miembros de una iglesia mormona a una joven entusiasta en guitarra y 2da voz con el tema Tears in heaven de Eric Clapton y cuando me encontré frente al público con mi guitarra una vez abierto el telón, la pierna empinada en que la apoyaba la guitarra empezó a temblar, al menos para mí, escandalosamente. Al término de la misma consulté sobre la presentación y felizmente nadie notó el contratiempo en mis bajas extremidades. 

Estando ya en el florentino con escaso tiempo para el inicio, en plena prueba de sonido, el administrador del local nos llamó la atención por el retraso y ya en camarines la confesión de uno de los integrantes de haber roto con su pareja complicaba la situación, dado que obviamente le había afectado el ánimo, justo a quien normalmente nos animaba!!, el licor del día anterior había también afectado notoriamente su voz. Así, salimos al escenario; teníamos el apoyo de algunos a quienes habíamos invitado pero los nervios ante la reacción de aquellos a quienes no conocíamos se hacía poco alentador, sobretodo por no haber tenido una prueba de sonido bien hecha, por no contar con el ánimo acostumbrado de nuestro caudillo, y porque la voz principal estaba cuarteada por el licor y el lamento.

Con el entretiempo notamos que nos fue mejor de lo planeado, poco a poco, cada uno de los temas y la respuesta de los asistentes acrecentaba la confianza, por lo menos en el resto; yo tuve que acudir al odioso y necesitado licor para perder un poco la rigidez y la sobredimensionada importancia del resultado para tocar indiferente y con más soltura, cosa que resultó!!: una piscina, combinación de varios tragos, logró su cometido. Un detalle: es algo desesperante cuando tocas y no puedes ver los rostros de quienes están al frente, debido a que el cañón de luz se clava en tu mirada, para saber o por lo menos tener una idea de las reacciones que tiene tu público ante tu desenvolvimiento.

Eitileda

A pesar de los contratiempos, los dueños estuvieron contentos y nos ofrecieron más fechas; creo tocamos unas 4 veces más en ese local, no recuerdo, todas llenas, ya sin invitados, con mayor repertorio y ensayo, pero con otros bajistas probando un remplazo que satisfaga, ante la ausencia de nuestro pata Isaac; en la banda estábamos Daniel Reátegui en voz y guitarra, Isaac Higa en el bajo y coros, Julio Sánchez en la batería, Jorge Magán en la 2da voz, como invitada en la flauta a Beatriz y yo en los teclados; lastimosamente la única presentación que se grabó fue ésta, la primera de la banda en ese local después de los ensayos y con la mayor cantidad de errores de organización, indudablemente la peor; aunque en el momento no me interesaba su filmación, hubiesen sido agradables recuerdos, haber filmado los otras presentaciones, con esta y las otras demás bandas por las que crucé; espero en el futuro no cometer el mismo error.

Por cierto, en el video que muestro paso totalmente inadvertido; el baterista a la derecha de la pantalla y yo a la izquierda estamos olímpicamente cubiertos, además del protagonismo de Daniel, el cantante; será porque filmaba un familiar suyo?, jeje