
No mucho tiempo después de haber publicado el anterior artículo acerca del despido de Aldo Mariátegui (La última Geisha) y aun sin tener las razones de dicha decisión claras, la periodista Cecilia Valenzuela esbozó una hipótesis realmente alucinante. Afirmó sin verguenza alguna y con una osadía envidiable -propia de quienes no tienen la menor idea de lo que su boca, independientemente a ellos, evacua con generosidad-, que la izquierda latinoamericana, es decir, el ala izquierda de casi todo el continente, se habrían coludido en un complot para neutralizar al adalid de la revocatoria en Lima, que todo el continente estaba pendiente de lo que pudiese brotar de los coloridos artículos de Aldo, que Fidel Castro y Cuba, Hugo Chávez, su partido, Lula da Silva, Evo Morales, Cristina Fernández, entre otros miles estaban atentos de lo que en el cerebro del periodista se podría forjar. En serio. Eso dijo ¡Qué miedo!