Tras los atentados del 11 de septiembre a los Estados Unidos, la administración norteamericana de George Bush con la aprobación total, política y social de una población dolida y aterrorizada, necesitaba una excusa para invadir Iraq. Cualquier cuestionamiento que pusiera en duda la justicia en la intención bélica debía ser amputada. Valerie Elise Plame es una ex agente encubierta de la CIA que trabajaba investigando la posibilidad de armas de destrucción masiva en el exterior, cuyo esposo, el ex diplomático estadounidense Joseph Wilson, ante la posible conexión entre Niger e Iraq en la venta de uranio para Saddam Hussein, fue enviado a Niger en febrero del 2002 para comprobar dicha hipótesis. Sin embargo, su investigación comprobaría lo contrario. Cuando George W. Bush, pese al informe que invalidaba tal presunción, justifica la invasión a Iraq con la supuesta compra de este material por parte de Hussein, Wilson publica las conclusiones de su informe en un artículo en el New York Times, el cual dejaba sin sustento dicha justificación. 8 días después, el periodista Robert Novak haría pública la identidad encubierta de su esposa, exponiéndola...
Liman, director de los anuncios televisivos de la campaña de Barack Obama en el 2008, con Fair Game (2010), toca inteligentemente uno de los capítulos más vergonzosos de la política reciente de la administración norteamericana. Así, como en Green Zone (2010) de Paul Greengrass, con cautela y sin extremos, un correcto guión de John Henry y Jez Butterworth, nos sumerge bajo las bostas de la política para, en torno a la espía norteamericana, afrontar con claridad y sinceridad una díscola propuesta, narrando los turbios y obscenos métodos utilizados en contra de los Wilson - Plane y la manipulación de información y de la gente a través de los medios de información.
Es inevitable, al inicio del filme, un desequilibrio en la presentación de la trama, confusa y lenta para el aluvión de datos y personajes, pero necesarios para situar al espectador. Cada personaje es más complicado que el otro, con distintos intereses y motivaciones políticas, mezclándose con el contexto social, laboral y familiar de la familia Wilson - Plane. Liman demuestra una vez más su oficio en los thriller de espías, coherente, dinámico y ágil pese a que en ocasiones el ritmo decae, con un lenguaje que se destaca en la distinción de los escenarios mediante el uso de cámaras en mano en las localizaciones extranjeras y serena y funcional en tierras del tío Sam, en una fotografía impecable realizada por el mismo Liman y Robert Baumgartner.
Una contundente Naomi Watts y sobretodo un Sean Penn notable, que opaca casi en todo momento a la protagonista pese a su buen trabajo, completan los ingredientes para una entrega cinematográfica que funciona y que a pesar de que la historia prometía más, igualmente Liman nos presenta una gran película, correctamente dirigida y que bien merece ser vista.
La filtración del gobierno que reveló la identidad de Valerie Plame como agente de la CIA condujo a un juicio federal conocido como United States vs Libby, en el que se halló al consejero Scooter Libby culpable de los delitos de pejurio, falso testimonio y obstrucción a la justicia, siendo condenado a treinta meses de prisión y a una multa económica de 250,000 dólares.
El 2 de julio del 2007, aun presidente, Bush, consecuente con su accionar, le eliminó la pena de prisión, señalando que la encontraba excesiva.
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