La última Geisha

"Aldo Mariátegui: Cuando les pasa a ellos lloran y gritan, arman historias. Yo no lloro.

-Mónica Delta: Yo sé que no eres un llorón" 

Sin Medias Tintas

Programa de Frecuencia Latina

Esta semana se hizo pública la salida de Aldo Mariátegui Bosse de la dirección del diario Correo y de la vicepresidencia periodística del grupo Epensa que publica diarios como “Ojo”, "El Bocón", “Ajá”, entre otros. “No hubo broncas, ni caída de la publicidad o de circulación del diario” como bien ha declarado el ex director, tampoco ha sido un evento que haya llenado titulares, "no han circulado cartas abiertas de respaldo ni comunicados del IPYS al respecto. Tampoco marchas de solidaridad ni cadenas de oración", como acongojado lamenta Beto Ortiz: Ni la derecha ni la izquierda han brincado indignadas, y salvo algunos brindis, su reciente ausencia en los medios impresos no ha causado mayor estupor. Algunos dicen que los rojimios, caviares, etc se alegraron con la noticia, pero eso no es cierto ¿Por qué la exclusividad? ¿Esa alegría no se puede compartir con cualquiera, derecha o izquierda, que disfrute del buen escribir, o por lo menos, de algo inteligente (sin siquiera ser muy exigente)?

"La caviarada celebró al enterarse de que Mariátegui se iba, cualquiera diría que había muerto. Ello muestra su precariedad mental. Han celebrado la muerte del enemigo no porque lo vencieron, sino porque no tienen ya a nadie que se les enfrente. No celebren aún. Mariátegui seguirá mandándoles besitos desde donde esté" 

María Cecilia

Diario Correo

Se dice que un periodista no es tal hasta que lo botan de un medio de comunicación, muchos se jactan de ello, muchos han pasado por ello, César Hildebrandt, Álvarez Rodrich, Rosa María Palacios, entre otros, y Aldo no es la excepción: El nieto de Mariátegui no es virgen, esta no es su primera vez. Ya tenía en su historial haber sido echado de El Comercio, cuando editor de la sección de economía, pero no por confrontar al patrón defendiendo sus convicciones o principios, sino por erigir con maestría un ambiente laboral insoportable, intolerante, y por maltratar al personal femenino, dada su conocida animadversión al sexo opuesto.

Se ha especulado, no mucho en realidad, acerca de los motivos que han provocado la salida del periodista de Correo. Algunos manejan la posibilidad de que el despido responda a la presión de la "comunidad" judía debido a la investigación de la propiedad de la madre de Karp, el congresista aprista Mauricio Mulder dejó entrever la idea de que el ex presidente Toledo estaría detrás de ello, otros asumen que la imagen del medio estaba viéndose perjudicada ante la visceral y monotemática dirección que había asumido el medio en estos dos últimos años en contra de la alcaldía, aunque la verdad hay mayor posibilidad de que sea la misma razón por la que fue expulsado de El Comercio. 

Aldo, quien aclarara antes que nada su reacción diciendo una especie de "no lloro, pero...", ha calificado su despido como raro y sospechoso y se quejó diciendo “Me ha echado una sola persona, un accionista minoritario que tenía el 11%. Los directores no se habían enterado. Solo dos y uno de ellos se oponía. Se debió votar en el directorio o por lo menos informar a este y a los accionistas mayoritarios”. Efectivamente, tal y como dice Aldo, el responsable de su salida, Luis Manuel Agois Banchero, gerente general del Grupo Epensa, tiene 11% de las acciones del grupo y es presidente del Consejo de la Prensa Peruana. Lo curioso es que Aldo, después de desestimar las otras posibilidades, se autocalificó como el Adalid de la Revocatoria, soltando otra posibilidad. Verlo en directo a través de la pantalla en "Sin Medias Tintas" debe haber sido un éxtasis total, “Yo era una de las pocas voces dentro de la prensa nacional, porque casi todos, monocordes, estaban con Villarán. Yo estaba contra ella (...) el principal estratega de la Villarán (Favre) dijo que me tenían que neutralizar” (sic). ¿En serio dijo eso? ¿Pocas voces? En fin, al parecer Aldo en verdad cree ser, entre los medios en contra de Villarán (pocos según él), aquel Adalid de la Revocatoria, como se califica, al que Favre vio la necesidad impostergable de neutralizar. Ante esta revelación se me ocurren un par de posibilidades más para su despido ¿La droga? ¿Demencia?

"Hay muchos que te aborrecen, es verdad, pero no es por tu ´valentía´ para decir cosas. No es por achorado. Es por bruto. Es porque, sin capacidad de ejercer control de tus esfínteres mentales, has hecho de la idiotez reaccionaria una ideología" 

Juan Carlos Tafur

Director Diario16

La discrepancia es saludable, aplaudible y necesaria. Y aunque el hedor de sus epítetos coloridos y abyectos no contribuyen ni con inteligencia ni con un buen análisis al espectro político y social, es el reflejo de un sector de la población, lamentablemente, y eso nos devuelve brutalmente (sin ninguna alusión al periodista) a nuestra realidad. A algunos, su verbo les provoca arcadas, a otros carcajadas, otros menos iluminados consuelan su paraíso político con su perorata: Razones existen para defender su presencia en el hemisferio periodístico, claro, en caso sea su opinión la razón para que lo esputen, pero estos se caen si la razón es técnica o ética, o el ambiente laboral dados sus elocuentes antecedentes. Lo cierto es que no están claras las razones de su pase a retiro en el medio escrito y más allá de sus evacuaciones mentales, de su histeria, de sus falacias, de su prosa torpe, de su muy particular verdad: Hepática y espuria, y de su limitada inteligencia, lo cierto es que es siempre condenable el despido de un periodista por su opinión, por más limitada que esta sea, aunque en su caso no sean muchos, ni de derecha e izquierda, ni corruptos ni impolutos, los que bramen a su favor. Supongo es un sitial ganado a pulso.

Quiero reír de nuevo: Aldo, vuelve.