Después de una batalla que Mefisto dejó atrás, según dijo, por no ver buen puerto en las discusiones y pensando dar cristiana sepultura a las mismas; Silvi, rehusándose a dar por concluido el debate que se inició en su blog y que publiqué en el artículo anterior denominado Gritos en la música, por el Twiter, herramienta que aun, del todo, no entiendo y no veo aun ventajas envolventes, me dijo, "esto no termina hasta que yo lo termino!"; cosa que por supuesto, y como le dije, esperé con ansias; demoró un poco, pero llegó y vaya que llegó: un testamento con varias de mis intervenciones cada una refutada, al parecer con alguna investigación al respecto...
