Crónica de uno de esos días
que uno no desea recordar...
Temprano en la mañana salí de casa rumbo al Hospital del Empleado, hoy, Rebagliati, para una cita médica. Ésta había sido determinada a las 9am, sin embargo para las 11, seguía parado fuera del consultorio, sin tener conciencia del motivo por el cual un desfile de pacientes que habían llegado posteriormente o que habían sido citados para después, no sólo ya habían sido atendidos sino que se retiraban. Había atestiguado, a mi pesar, 4 turnos y yo aun no entraba. Con el hígado latiendo en mi mano encaré a la técnica, es decir a aquellas señoras que ambulan de blanco y que la mitad de pacientes aun piensan es la enfermera (cargo practicamente administrativo no sé por cual genio que les ha cedido esa tarea cuando ellas no llevan ningún curso administrativo en su preparación académica). La técnica me explico que pese a haber pedido mi Historia Clínica una hora antes de mi cita no llegaba a consultorio por lo que no me podían atender. Pese a ir de un lugar a otro, cosa que no me corresponde, en busca de los papeles, nunca pude atenderme...