secuestro o vocación?

Diana Esther Montes García de 18 años ingresó el pasado 7 del presente al claustro del Convento Santa Rosa, en el Cercado de Lima, regentado por la congregación de las Hermanas Dominicas; esto no tendría mayor importancia, más que la salvación de su alma a diferencia de la mía, tan oscura y fuera del alcance de enderezamiento teológico, si no fuera porque según su madre, Esther García, y familia, la menor entró a tal estado de salvación no por voluntad propia sino más bien, por presiones santas de 2 religiosas Isabel y Jhena, para permanecer en contra de su voluntad, seducida y manipulada, tal como muchas sectas en innumerables oportunidades lo han hecho.

Esther, acompañada de amigas de Diana, de su hermano, Daniel Montes y su psicoterapeuta, estuvieron al pie del santo lugar para pedirle, si es que la oye, vuelva a casa y denunciar públicamente a las enviadas de Dios; Diana, afirma su madre, se sentía insegura de tal decisión, pero con la insistencia y presión de estas 2 religiosas del colegio La Virgen del Pilar, en Santa Catalina, desde los últimos años en su colegio Santa Rosa de Lima, en Lince, a pocas cuadras de mi barrio, que, habiéndola contactado, la ostigaban con llamadas excesivamente frecuentes, a horas inoportunas (cosa que ahora no le permiten a su madre ni a horas permitidas) queriendo conocer qué hacía y dónde andaba, controlando y manipulando su estilo de vida, "Decir que la llamaban 15 veces al día es poco; incluso a la una de la mañana le preguntaban dónde estaba, muchas veces se les encontraba en la esquina de la casa controlando a mi hija y diciéndole cómo se tenía que vestir; es decir, la acosaban demasiado", comentó.

Diana, explicó Esther, había estado recibiendo tratamiento psicológico emocional desde hace dos años, primero en la clínica San Marcos y, luego, con ayuda de la psicoterapeuta Jesús Estrada Meza, presente en la mencionada manifestación, quien aseguró que a pesar de que la joven es mayor de edad, presenta una edad emocional de niña de 13 años, lo que la hace incapaz de tomar decisiones por cuenta propia.

Diversas excusas por parte del claustro para evitar se comunicaran limitó el diálogo telefónico severamente entre madre e hija, a pesar de que las llamadas se efectuaron en las horas permitidas por el mismo convento; Daniel, su hermano, afirmó al respecto que ya se realizaron las denuncias correspondientes ante las autoridades judiciales por privación de la libertad y perjuicio a la salud. Bien dicen que Dios tiene formas misteriosas de actuar

Más tarde, la adolescente se comunicó con su madre vía telefónica asegurándole que ella se quedó en el convento por decisión propia y que está totalmente tranquila; lavado de cerebro?, manipulación y ostigamiento?, o sólo una devota vocacional?; ojalá Diana halle la luz, fuera o dentro del Convento.