Malcolm McDowell, actor británico nacido un 13 de junio de 1943, se hizo conocido cuando el genial Stanley Kubrick lo selecciona, después de haberlo visto en algunas películas de poca trascendencia mundial como Poor Cow en 1967, The Raging Moon y Figures in a Landscape, ambas en 1970, e If... en 1968, para protagonizar la revolucionaria A Clockwork Orange, La Naranja Mecánica en castellano, adaptación del libro del mismo nombre escrita por Anthony Burgess, en la que McDowell demostró ser un actor de talento, aplaudido por la crítica y nominado como mejor actor por el Circuito de Críticos de Cine de New York; sin embargo, tal vez por una mala elección, por el encasillamiento en ese personaje o sencilla mala suerte si es que existe, poco a poco el actor inglés perdió protagonismo al participar en cada vez peores elecciones fílmicas. Después de la controversial Calígula, una mezcla entre Satiricón de Fellini y Tabú con abundante espacio para la pornografía, dirigido por Tinto Brass, director italiano y extendido, sin el consentimiento del director, casi una hora más de sexo explícito y real por el productor Bob Guccione en 1979; aparece en Blue Thunder en 1983, en Star Treck, Fantasy Island, entre otras hasta llegar a The List, del 2007, película que vi sorprendido ayer, dirigida por Gary Wheeler, escrita por la desastrosa mezcla de Michelle Hoppe, Johnston H. Moore, Gary Wheeler y Robert Whitlow, y protagonizada por el experimentado actor ya de 63 años, además de un muy mal actor, Chuck Carrington y Hilarie Burton, con Pat Hingle, y con la presencia, cosa que me sorprendió, del recorrido Will Patton, que acostumbra estar siempre en Películas interesantes.
Nunca en mi vida he visto tantas estupideces juntas!; miento, sí he visto, pero igual, un guión absurdo, soso, aburrido y angustiosamente tonto, con un inicio que al menos prometía una de esas películas de terror de clase B que por lo menos, con un par de saltos y sonrisas te deja con mal sabor pero sin contracciones digestivas de devolución; una propuesta evangelizadora muy mal llevada, llena de sobreactuaciones y maldades y bondades sin fundamento, donde uno no halla más que extrañeza por la disfunción cerebral de los que participaron en tan mala producción, casi casi a la par con The Nun, La Monja en castellano dirigida por Luis de la Madrid el 2005, o tan ridícula como Zardoz de Jhon Boorman de 1974, en un intento de surrealismo que termina en algo patético y con la sui generis y totalmente olvidable caracterización del ex 007, panzón y antiestético Sean Connery, de la que hasta hoy en día medio planeta se burla.
Zardoz, The Nun y The List, las peores películas que en el momento recuerdo; en cada una de ellas terminé con el hígado revuelto y con contracciones estomacales.
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STANLEY KUBRICK EL DIRECTOR DE CINE MAS SOBREVALORADO DE LA HISTORIA.
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