tan sólo una cabeza

Al recordar momentos románticos; esos con los que aprendimos a andar, de los que nos sonrojaban, esos con los que aprendimos entre nervios e inocencia lo que era un beso, una caricia, un roce, un estremecimiento, esos con los que descubrimos por primera vez nuestra sexualidad junto a la chica que te provocaba esos nervios; me viene a la mente ese deseo perenne de mantener a la pareja cerca, su aroma, su perfume (su sudor para los que huelen espantosamente), su calor; no hay quien no haya oído o dicho querer llevarse alguna parte de su pareja (acto casi genético propio de la sección fémina), su música dedicada, su polo, su chompa (su lencería diría algún enfermo tipo Scare Movie 2); y es así, en casa de tus padres, lejos de la persona que te roba un suspiro, al momento de dormir, era más agradable tener algo de tu pareja en el calor de una frazada y cerrar los ojos y perderte en tierras de Morfeo oliendo y pensando en tu pareja.

Un hombre de 31 años, natural de Grecia, lejos de llevar un recuerdo de su pareja, paseaba a pie, el domingo pasado, indiferente, por la isla Santorini con la cabeza de esta por la ciudad lo que causó pánico entre sus habitantes. La decapitada novia era una profesora de 25 años de la misma nacionalidad.

El sujeto fue detenido no sin antes haber acuchillado a un agente policial, robado un vehículo de la policía y herir a 2 mujeres al chocar con una motocicleta en su huida, no se sabe el motivo, aunque la policía afirma que el detenido ya era conocido por sus problemas psicológicos; problemas que terminaron con la cabeza de la mujer como ornamento de sus torcidos gustos.