La fe y las religiones, sobretodo la católica, una de las empresas litúrgicas más poderosas, si no es la más poderosa en el mundo, ha ejercido influencias en las naciones y en el hombre de manera individual de forma moral, social y política, a lo largo de la historia, aun en nuestro días, cuando su poder y credibilidad no tienen la misma presencia que antes; la religión sirve, si bien es cierto para normar ciertas formas de conducta, estereotipadas como normales y sanas para la formación del ciudadano modelo, también ha servido para dogmar lindes a la libertad, no sólo de conducta sino también de creatividad, imaginación, desarrollo e inteligencia. Las limitaciones culturales y cognoscitivas de quienes escribieron el bastión de los santos ha concluido en una serie de encontrones fuertes e irreconciliables con la ciencia y lo pensante; errores de época y conocimientos que mermaron, por el poder ejercido, los aportes científicos e inteligentes de hombres que sirvieron para el desarrollo de la sociedad estancando la libertad del pensamiento en fundamentos verticales, carentes de inteligencia pero vigorizados de intuición y propuestas supersticiosas...