a ti, oh Dios

El país entero estaba atento a la televisión y la radio viéndolo y/u oyéndolo, los políticos más importantes los tenía en frente; no habría mejor momento en expandir la tan confundida palabra de Dios a través de sus sabias palabras; el Cardenal Juan Luis Cipriani aprovechó el momento de la patria que a través del Te Deum, A ti oh Dios, en castellano, misa ofrecida en conmemoración a la que dio inicio a esta tradición, el 29 de julio de 1821 en que el arzobispo de Lima, monseñor Bartolomé de las Heras, oficiaba la celebración litúrgica, al día siguiente de la proclamación de la Independencia frente a don José de San Martín, para hacer pública la postura de la tan avanzada Iglesia sobre temas sociales en las que, como acostumbra, basa sus puntos en los antojadizos, verticales y retrógrados fundamentos que como siempre merman el espíritu de desarrollo y libertad del hombre, a lo Galileo Galilei.

El Cardenal, en una de sus Ciprianadas, como hace un tiempo, al querer regir sus dogmas en la Católica, ha hecho constar su desacuerdo con la nueva ley que agiliza el proceso de divorcio que ya entró en vigencia semanas atrás para mantener soportando a las parejas el asfixiante y tormentoso vía crusis del ciudadano cuando está a lado de una persona con quien ya no quiere envejecer; así mismo, condenó también, la fomentación del aborto justificado por, según él, ciertos grupos ideológicos que buscan su legislación con campañas millonarias del exterior intimidando al ciudadano corriente; es pues que el Opus Dei, con todas sus redes de información, no está enterado que, sólo en el Perú, se dan más de 300 mil abortos al año y que de cada 7, sólo una mujer sobrevive?!, ya que en su mayoría, se realizan en situaciones lamentables y en la clandestinidad.

Susana Villarán, ex ministra de la Mujer y Desarrollo Social, una de las más gallardas propulsoras, junto con el recordado Frejolito, del gran proyecto del Vaso de Leche, tan manoseado y políticamente ensuciado hoy en día, considera necesario regular el aborto en el país y con una política de información y educación, disminuir los casos de embarazos no deseados. Ante la nueva Ciprianada, Villarán dijo respetar la posición del Cardenal pero que esto es "un problema severo de Salud Pública y que no se puede tapar el sol con un dedo", así éste sea divino como el del Cardenal.